Opinión

El semestre de Renzi

Matteo Renzi, primer ministro de Italia desde hace cuatro meses, y que centra la atención de toda Europa por los proyectos que ha anunciado aunque todavía no ha tenido tiempo de llevar a cabo -supresión del Senado, rebaja de sueldos a los altos cargos públicos, ayudas de 80 euros mensuales a los salarios más bajos, reforma de la ley electoral para impedir la aglomeración de pequeños partidos- se convierte en el presidente de turno de la UE en el próximo semestre, el que comienza el 1 de julio. Y al igual que ha hecho en Italia desde que se hizo con la jefatura del gobierno al forzar la dimisión de Enrico Letta una vez que Renzi se convirtió en presidente del Partido Democrático, pretende dejar su impronta en el semestre italiano.

En una intervención parlamentaria que ha provocado la máxima expectación no dudó en afirmar que si la UE no cambia de forma drástica no tiene futuro. Ha abogado por profundas reformas económicas, por nuevas políticas fiscales, por políticas de creación de empleo, por una nueva política agraria, por una fiscalidad común y por algo que claman los países del sur desde hace tiempo, sobre todo Italia y España, una política efectiva de inmigración que incluya ayudas para los inmigrantes incluso aunque traspasen ilegalmente las fronteras.

Renzi ha provocado una ola de entusiasmo en Italia en estos escasos meses de gobierno, a pesar de que Letta, de su mismo partido, había conseguido respaldo popular al mostrarse como un primer ministro serio, con proyecto y volcado en la recuperación económica. Pero Renzi, desde la alcaldía de Florencia, no ocultaba su desazón ante un Letta al que tanto Berlusconi como Grillo ponían permanentemente al borde del abismo. Fue entonces cuando tomó la decisión de hacerse con el control del PD y, una vez logrado, desplazó a Letta y se convirtió en primer ministro al contar con la mayoría parlamentaria suficiente.

Desde entonces no ha habido día en el que no anunciara una medida expeditiva, empezando por la desaparición del Senado. Y se ha marcado mil días de tempo máximo para hacer efectivos sus anuncios.

Los italianos le creen y están de acuerdo con la forma en que pretende dar nuevo impulso al país, la prueba es que Renzi es uno de los pocos jefes de gobierno que logró ganar las europeas, con el 40 por ciento de los votos. Ese apoyo le sirve de acicate para asumir un nuevo reto: no solo pretende cambiar Italia en mil días, sino la UE en seis meses. Durante la presidencia rotatoria de Italia.

Te puede interesar