Opinión

Una de historia

Estos días se estrena la segunda parte de la película "300" basada en el comic de Frank Miller, un comic inspirado en la gesta del rey Leónidas en el paso de las Termópilas el año 480 antes de Cristo. Heródoto narra la hazaña en su "Historia" y cuenta como Leónidas, rey de Esparta, y 300 hombres resistieron durante tres días antes de ser aniquilados, los ataques del ejército persa de Jerjes formado por un millón de soldados. Según Heródoto las bajas de los persas fueron 20.000.

La valla de Melilla no es el paso de las Termópilas pero la semana pasada nos brindó a todos los españoles la oportunidad de contemplar en directo algo parecido pero al revés: esta vez los héroes fueron los que querían cruzar el paso, y no eran 300 sino 500.

Nuestros gobernantes siguen sin entender nada. Ni sistemas antitrepa, ni balas de goma, ni concertinas, ni gaitas. Nada los va a detener. Primero fue Lampedusa, ahora Melilla y después vendrán otras más. Más inteligente y también más noble sería que la Comunidad Europea se aplicara en establecer acuerdos de cooperación, ayuda y desarrollo con los países de origen de esos chicos, Mali en el caso de la semana pasada.

Hace tiempo leí una entrevista muy interesante con el presidente de un colectivo de subsaharianos en España. En algún momento el periodista le preguntaba lo que nos preguntamos todos: ¿De qué vive un chaval que se pasa el día pateando las calles con una mochila de cedés y al final del día vendió uno por un euro? La respuesta fue: Ustedes no lo entienden, ese chico en su país de origen hacía algo parecido, pero solo por un céntimo de euro.

Por eso digo que nuestros gobernantes siguen sin entender nada. Porque no entienden a los que saltan la valla. Los que saltan la valla, y conozco a algunos, son espartanos. Espartanos de verdad.

El texto de Heródoto está lleno de frases que vienen muy a cuento. Como la del general persa Tigranes, que al enterarse de que el premio que daban los griegos al vencedor de los Juegos Olímpicos era una rama de olivo exclamó: "¡Por los dioses! ¿Contra qué gente nos has traído a luchar, Jerjes? ¡No compiten por riquezas, sino por honor!" O la del espartano Diéneces que al oír que los soldados del ejército persa eran tantos que sus flechas taparían el sol replicó: "Pues lucharemos a la sombra."

Hoy también nos cuadra a nosotros una frase de esas, el oráculo que dictó la Pitia a Leónidas antes de la batalla:

"Habitantes de la extensa Esparta / o vuestra poderosa ciudad es arrasada por los descendientes de Perseo o no lo es, / pero en ese caso la tierra de Lacedemón llorará la muerte de un rey de la estirpe de Heracles. / Pues al invasor no lo detendrá la fuerza de los toros o de los leones, ya que posee la fuerza de Zeus.

Te puede interesar