Opinión

Ñueec, ñueec

La realidad política española llevaba mucho tiempo acercándose cada vez más a la escena del camarote de los Hermanos Marx en “Una noche en la Ópera”, pero por fin ya está dentro del camarote: ¡Y dos huevos duros!

El Partido Popular reclamaba desde hace meses elecciones anticipadas, como el mudo de los Marx con un claxon: Ñueec, ñueec. Y ahora que el presidente del gobierno convoca por fin las malditas elecciones anticipadas, el Partido Popular lo critica con el mismo claxon: Ñueec, ñueec. 

Porque digámoslo claramente: el claxon sin la sonrisa de Harpo no lo entiende ni dios.

Yo no entiendo nada. Si era lo que querían y lo que tanto pedían ¿porqué ahora les disgusta? Misterio. Supongo que habría que ser Groucho y entender el lenguaje del claxon de su hermano para acceder a ese nivel de interpretación superior. Porque digámoslo claramente: el claxon sin la sonrisa de Harpo no lo entiende ni dios.

Otro elemento que roza lo fantástico de nuestro panorama político actual es la desaparición de Ciudadanos: Ñueec, ñueec. Un suceso al que Iker Jiménez debería dedicar varios programas específicos tipo psicofonías, audiciones paranormales o cosas parecidas. Supongo que podría entrevistar en directo a Albert Rivera que a estas alturas ya será un ectoplasma, o a Edmundo Bal que va camino de serlo en su moto: Ñueec, ñueec.

Vox es un caso especial. Aunque se llaman así, Vox, no saben ni hablar o cuando hablan solo es para decir animaladas. Y sin embargo están teniendo cierto éxito con esa estrategia. Son como la ouija de la política española. Les pones el dedo encima y se mueven ellos solitos de letra a letra construyendo una frase sacada de las enciclopedias Álvarez de nuestra infancia (del capítulo Formación del Espíritu Nacional o de las minibiografías de Franco y José Antonio Primo de Rivera). Una frase que suena igual: Ñueec, ñueec.

Vox es un caso especial. Aunque se llaman así, Vox, no saben ni hablar o cuando hablan solo es para decir animaladas.

Unidas Podemos tiene también su propio claxon y cada vez que alguien, sea quien sea salvo que sea Pablo Iglesias, abre la boca y dice algo, ellos/as aprietan la pelota de goma de la bocina enérgicamente: Ñueec, ñueec.

Y por fin, por supuesto, el Psoe. El Psoe tiene la bocina más grande de todas, una gigante, ya que la tiene permanentemente instalada en los jardines de La Moncloa como si fuera una trompa suiza de varios metros de longitud. Así Pedro Sánchez no tiene más que salir de casa por las mañanas y dar saltos (no olviden que fue jugador de baloncesto) sobre la bola de goma: Ñueec, ñueec.

“Siempre que te pregunto / que cuándo, cómo y dónde / tú siempre me respondes: Ñueec, ñueec, ñueec / Y así pasan los días, y yo desesperado / Y tú, tú contestando: Ñueec, ñueec, ñueec.”

Yo cuando interpelo y esto es metafórico claro está, a nuestros políticos buscando respuestas no puedo evitar acordarme de una famosa canción de Osvaldo Farres que popularizaron Los Panchos, y decía más o menos así si la memoria no me falla: “Siempre que te pregunto / que cuándo, cómo y dónde / tú siempre me respondes: Ñueec, ñueec, ñueec / Y así pasan los días, y yo desesperado / Y tú, tú contestando: Ñueec, ñueec, ñueec.”

Ya saben... ¡Y dos huevos duros!

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