Opinión

Música para los sueños

Óleo de 2023.
photo_camera Óleo de 2023.

Marita Martín Carmona (Madrid, 1975) expone en la sala 1 do CCMV. En la amplia muestra de la artista coruñesa, afincada entre nosotros desde hace poco más de un lustro, bajo el paraguas de Libro de Horas, quid pro quo ingenioso de los libros así llamados utilizados por los aristócratas y reyes en la Edad Media, prohibidos por heterodoxos tras el Concilio de Trento, que contenían la liturgia diaria de las regulares horas canónicas, exquisitas obras únicas, como las Muy Ricas Horas del duque Jean de Berry, maravillosa y rica creación de miniaturas de los hermanos de Limbourg, de comienzos del siglo XV, o los de la reina Isabel la católica y el de Carlos I Habsburgo. 

Lo de Carmona es el reflejo expresivo de momentos asimétricos del día, mas que horas, en realidad, tiempos de soledad ante el lienzo con su música interior por compañía, vivencias cotidianas significativas, lecturas, persiguiendo sombras, para extraer su corpus narrativo entrevisto, que es la imaginación, no la inteligencia, lo que nos hace humanos, que dijo Terry Pratchett. Esta exposición habla, según la autora, de puentes expresivos en clave simbólica a través de la pintura, de sus miedos, secretos enigmáticos y/o perturbadores, para encontrar sentido a la vida. Son así estas obras puentes, o puertas, de su universo interno al externo. Ellas son pues el acceso para sus mundos, como las llaves que creaba el keymaker de Matrix reloaded.

Una elaborada obra del Libro de horas.
Una elaborada obra del Libro de horas.

Pensar en imágenes durante esas horas en que concibe la obra para sentir que salva el día. El pintor figurativo pinta lo que tiene delante, que diría Antonio López, mas ella usa la figuración para envolver sus símbolos personales para transformarlos, desde algunos elementos que reitera, círculo, ojos, huevos, en “imaxinacións-mentiras-ficcións-pontes”, como escribe en una declaración en sala. Así las capas de información, con figuras desdibujadas, y fragmentos de otras como envueltas en nieblas, humos, la vorágine del tiempo. Son estas recientes obras de ejecución limpia comparadas con las Deshoras de A Coruña, 2009, que incluye en confrontación, tentando casar ideas, que no la técnica, con densas capas matéricas, expresionistas, incluido un autorretrato con barba-fideo. Con ello conforma y cierra etapa, salvo un Izas, rabizas y calipoterras como Cela. 

La artista añade en un pared un verso libre de su pareja, el artista ourensano de Vilamoure/Punxín, Xosé, quien describe imágenes mientras oye the dreaming moon, la luna sueña, envolvente canción de The Magnetic Fields, banda con nombre traducido de Les champs magnétiques, libro de Soupault y André Breton, este el famoso poeta y teórico francés del Surrealismo, estilo recurrente en la artista, en la que influye además su padre pintor y su mejicana madre, al igual que el hecho de ser la benjamina de una prole de siete. Sus habilidades técnicas la llevan a iniciar BB.AA. en Pontevedra, formación que interrumpe para cursar en el EASD-Llotja de Barcelona. Anda ahora con dibujos para un proyecto editorial de la comisaria, Olga Pastor, inspirado en la poetisa Emily Dickinson, que adelanta aquí como instalación, e incluye en el catálogo con las demás obras. En el van textos de aquella, Ozón y una interesante entrevista de Pablo Otero a la artista, y otro poema de Vilamoure, que aconseja “Mira a pupìla do cabalo branco, e correde libres..., por fin!”.

Uno de los dibujos de la instalación.
Uno de los dibujos de la instalación.

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