Opinión

Semana Santa (Pishing)

Dice Friedrich que el cuadro no debe ser una representación fiel de la naturaleza sino recordarla. La vista llega antes que las palabras, y no hace falta que lo diga Berger, mas conviene expresarlo, pues el bosque está habitado. Entre la procesión de ida y vuelta de Santa María Nai a la Catedral del domingo de resurrección y la de ramos, hasta el eje del antiguo gobierno civil y estatua franquista a los caídos del gran Asorey, se visibiliza la Semana Santa en la ciudad. También en Celanova, con una representación esplendorosa. Son procesiones con escenas seleccionadas para la trama sacra de la tragedia de la ‘passio’ de Cristo. Nueve han sido los ‘pasos’, que serán once tras la restauración de la Crucifixión y Adoración del Huerto: Santa Cena, Flagelación, Nazareno; Ecce Homo; Santo Cristo (reproducción de la escenografía de la capilla); Piedad; La vera Cruz; muerto en la urna y la Dolorosa. Tras los años del agua, al fin uno seco para su exhibición..., el primero con el nuevo obispo, y papa. Una exhibición de representaciones por parroquias, que con sus pendones y cruces lo expresarían como correspondería, para concentrase luego en la plaza mayor, espacio abierto propicio para la escenificación con ellos. Los espacios exteriores catedralicios, principalmente la puerta oeste, con la escalinata, y la sur, deberían potenciarse, pues se prestan. Procesión, y escenificación. En Celanova desde hace unos veinticuatro años, culmina en la iglesia parroquial con la representación, dirigida por Alfredo Dorado, ante el altar mayor. Humo artificial o sangre líquida no faltan para introducir verosimilitud.

Este afán es el que se pretende desde el regreso a las fuentes, con las cofradías y parroquias portando los ‘pasos’ a hombros. Una mirada a aquella, en el siglo XIX, registra como en viernes santo la congregación de Dolores de ‘Santa María la Mayor’ hacía la ceremonia del ‘encuentro’ con procesión a las seis de la mañana, y sermón de las Tres horas en la capilla del Santo Cristo de la catedral a las tres de la tarde, con la ceremonia del descendimiento también predicada; saliendo a las seis el ‘entierro’ que, tras concluir, salía la de la Soledad, imagen llevada a la parroquial de la Trinidad, dónde se predicaba. A ello seguía el ‘stábat máter’ cantado por la Capilla de Música de la catedral, y a su conclusión la procesión regresaba a la iglesia de Santa María. Tres iglesias -las otras eran de órdenes religiosas- para un escenario urbano histórico multisecular que se ha ido volviendo transparente..., malgré lui. Pera ahora su presencia sería aggiornamento a las nuevas directrices del Vaticano. En este sentido, es clamorosa la ausencia conclusiva de la passio: la resurrección. Sería el paso nº doce, tan adecuado para el ‘Alegraos’ y ‘el no tengáis miedo’ de la Buena Nueva: he aquí a las mujeres como protagonistas, las primeras testigos, hecho suplantado siempre. Hoy, en los tiempos de la net, se denomina ‘phishing’, de pescar, a una acción grave. Desde antiguo pez es el símbolo cristiano: ‘icthys’. Con ello la semana santa dejaría de ser un ictus ...

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