Opinión

28 minutos

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte, veintiuno, veintidós, veintitrés, veinticuatro, veinticinco, veintiséis, veintisiete, veintiocho. Son las mujeres asesinadas en España desde el 4 de mayo por violencia machista y el número de minutos de silencio que se guardó en el Concello de A Coruña tras las elecciones municipales, uno por cada víctima.

El gesto por cada asesinada se realiza en el primer pleno ordinario de cada mes desde 2015, pero no se había alcanzado una cifra tan escalofriante. Catorce minutos se habían guardado hasta mayo. La sociedad no puede ignorar que son ya 42 las mujeres asesinadas en lo que va de año.

El doloroso silencio que respetaron en pie los concejales de las tres formaciones políticas con representación en la corporación municipal (PSOE, PP y BNG) se convirtió en un aullido de desesperación que retumbó en todo el Estado. La alcaldesa, la socialista Inés Rey, y los portavoces del PP, Miguel Lorenzo, y del BNG, Francisco Jorquera, han estado a la altura de coruñesas que lucharon por los derechos de la mujer como Concepción Arenal, Juana de Vega o Emilia Pardo Bazán. “Puede ser que haya a quien le parezcan muchos minutos e incluso hay quien desde las instituciones es capaz de negar la realidad trágica de la violencia machista”, comentó Inés Rey antes de lanzar la reflexión sobre qué pasaría si los asesinados fuesen diputados o futbolistas.

“El ser humano tiene una capacidad innata para sobreponerse y adaptarse a cualquier situación, incluso a las más trágicas, pero no me resigno a que esta sociedad acepte, se adapte o normalice la violencia machista”, reflexionó.

No hubo fisuras. El popular Miguel Lorenzo asumió las palabras de la alcaldesa y añadió: “Hemos pasado 28 minutos de reflexión, de indignación y nos ha hecho pensar. Ojalá que con el tiempo y trabajando toda la sociedad junta podamos acabar cantando la canción de María Jiménez ‘Se acabó”, fallecida ayer. Y se acabará a pesar de algún becerro desubicado en la historia. El feminismo es la lucha del siglo XXI de Occidente como antes lo fue la Ilustración o la consecución de un estado laico. Y no hay paso atrás ni debate. Ni una más.

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