Opinión

A la uni con mamá

Cada generación tiene la certeza de que la siguiente será más pánfila, al igual que la anterior pensaba lo mismo de los que se preparaban para recibir el testigo y, con suerte, la herencia. “No sé qué será de ti cuando nosotros faltemos”, han escuchado de sus progenitores los que ahora martillean a sus churumbeles con una salmodia parecida. Y los chavales de ahora, como los de antes, contestan amén para sacudirse la chapa porque el que imparte la lección no estará para ver si se han fundido los ahorros o los han multiplicado con sólo asomarse en pantuflas a un teléfono desde el salón de su casa.

“No sé qué será de ti cuando nosotros faltemos”, han escuchado de sus progenitores los que ahora martillean a sus churumbeles con una salmodia parecida.

La conviviente regresó del curro con una anécdota “que te puede servir para la columna”. En jornadas de maraña política se agradece como el pan para preparar una salsa distinta. A la Secretaría de la Universidad de León llamó una madre solicitando la lista de libros que necesitaba su hijo para ir a comprárselos. “Señora, está usted llamando a la Universidad”, advirtió la funcionaria por si la mujer creía que estaba hablando con el cole del niño o con el instituto del adolescente. “Lo sé, es que empieza este año la carrera”, aclaró la mamá del universitario dispuesta a anotar la lista de materias. Los resúmenes, después.

La sobreprotección de los padres se comenta al inicio de cada año académico como las rutinas que pautan el curso de la vida y de la política.

El profesor que detalló la escena reflexionó sobre la inmadurez de los universitarios de ahora y él los soporta a diario, concluyendo que “quizá la culpa la tenemos los padres” por no permitir el vuelo en solitario y el aprendizaje de cada costalada. La anécdota es de nota, pero en este folio se confía sin matices en la capacidad de los alumnos que están en el horno porque ellos habitarán el futuro que quieran soñar mientras la tropa en retirada seguirá cuestionando sus entendederas.

La sobreprotección de los padres se comenta al inicio de cada año académico como las rutinas que pautan el curso de la vida y de la política. Galicia regresa a las aulas con los problemas de siempre. La Asociación Nacional de Profesores de la Enseñanza amenaza con ir a la huelga si la Xunta no negocia la reducción de carga horaria, burocrática y ratios; BNG y PSdeG exigen aprovechar el descenso demográfico para mejorar la media de docentes por alumno y la consellería asegura que sus números están entre los mejores. Mochila lista.

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