Si la política consistiese en soltar la barbaridad más gorda, seríamos potencia mundial, pero como no es así, no pasamos de 'potiña'. Como cada año, el Día Internacional de la Mujer permite rescatar manoseados discursos del cajón para airear proclamas llenas de topicazos y flacas de intención para conseguir la igualdad real entre hombre y mujer, tanto en posibilidades laborales como en salarios.
El día que ya no sea necesario dedicar un día a la mujer habremos dado un gran paso, pero mientras, continuamos predicando propósitos y pasando de actuar con decisión firme. Gracias a actos como estos hemos podido escuchar al presidente Feijóo pedirle "disculpas por ser hombre y ser presidente de la Xunta" a una representación femenina de distintas facetas profesionales. No ha tenido"la suerte ser mujer", como enfatizó, pero en su mano está la posibilidad de que este mundo continúe cambiando o que la actriz Teté Delgado pueda vivir con dignidad de su trabajo, como le reclamó al presidente gallego.
En esta ocasión, el 8 de marzo coincidirá con las protestas contra la reforma de la ley del aborto que defiende el ministro Alberto Ruiz Gallardón. Núñez Feijóo no hizo ni una sola mención a este espinoso tema durante su discurso, prefirió mantenerse en el papel de quedar bien, esperar a que escampe y que otro cargue con la culpa.
Si al presidente se le puede pedir un poco más, a las Xuventudes Socialistas de Galicia habría que reclamarle una pizca de sutileza, porque una cosa es estar en contra de la reforma del aborto y otra caer en el mal gusto. Los mozos socialistas tuvieron la infeliz idea de difundir un cartel en el que se ve unas tijeras en la actitud amenazante de cortar un pene. El lema también se las trae: "Se ti cortas o meu dereito a decidir... Corto eu o teu? O meu corpo a miña decisión". ¿A qué brillante cabeza se le ha ocurrido esta asociación de ideas? ¿También nos cortarán el pene a los que defendemos la libertad de la mujer?
Es para preocuparse. Si este es el banquillo del PSdeG para recuperar algún día la Xunta de Galicia, da la impresión de que al PPdeG se lo ponen demasiado fácil para continuar en San Caetrano. Una auténtica 'carallada', para la mujer y para todos.
