Opinión

El cemento no cura ni consuela

Parecía que esta vez el acto iba a ser tranquilo para el presidente Feijóo y para su conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera. Se trataba de visitar el pasado lunes las obras de ampliación del servicio de Urgencias del Hospital Universitario de A Coruña con un coste de 8 millones de euros. Para entrar y salir a hombros del personal sanitario y de los propios pacientes que se amontonan en los pasillos de un servicio colapsado.

"Mientras en otros comunidades cierran hospitales, nosotros los ampliamos y hacemos otros nuevos", había repetido tantas veces Feijóo en el Parlamento. Y ahí estaba el presidente, camino de supervisar con solemnidad las nuevas instalaciones que suman un total de 4.000 metros cuadrados. Pero en la puerta del complejo hospitalario coruñés lo esperaban un centenar de trabajadores que recibieron y despidieron a las autoridades con una sonora pitada. Incluso el presidente, la conselleira y el regidor coruñés, Carlos Negreira, tuvieron que entrar protegidos por las fuerzas policiales por una puerta lateral bajo una tormenta de proclamas contra la privatización de la sanidad y gritos de "cobardes".

La protesta, si no se acude a la letra pequeña, parece difícil de entender para el que no está en la faena de las Urgencias. "Ahora estamos una enfermera para dos pacientes y con las nuevas instalaciones pasaremos a atender a cuatro. Cada auxiliar se ocupa de cuatro enfermos y pasará a tratar ocho. Trabajamos a cañón el turno entero, no nos llegan las manos y no hay intención de contratar a más personal", comentó una enfermera del centro hospitalario en el abrevadero para explicar la ruidosa queja. "Pero si ahora vais a tener unas instalaciones más modernas y con más metros para evitar el colapso ", azuzó un cliente atento a la conversación. "Es cierto, vamos a tener unos pasillos maravillosos para ir en patines y los enfermos no se van a ver porque estarán escondidos entre tanto box", zanjó la ojerosa enfermera recién salida de su turno. "Un residente que estaba en América Latina nos dijo el primer día que pensaba que seguía trabajando en las Urgencias de allí", añadió.

Cuando terminó la visita, la conselleira pudo escuchar que le cantaban "Rocío Mosquera, ¿y a ti quién te opera?". Hay que aplaudir las obras y las mejoras, pero son las personas las que curan y consuelan.

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