Opinión

Desgarro social

El padre colaboraba con las tareas del hogar más de lo que se estilaba en la época, pero menos de lo que le gustaría a la madre, el hijo se ocupó de la crianza de la cativa y de los fogones por no estar sujeto a horarios en el curro como su pareja y la nieta cocina para el novio a diario. La joven asegura que lo hace porque quiere y no para contentar al mozo cuando le refrescan una educación en valores feministas que no tuvo el abuelo. En un mundo a la medida del hombre echaba una mano en casa cuando salía del almacén en el que trabajaba, al menos a su manera, que era ocuparse del churrasco del domingo para justificar el intento de escaqueo de las tareas domésticas el resto de la semana.

La generación EGB tiene la sensación de que se está desandando el camino recorrido, aunque falte un largo trecho, para conseguir erradicar el machismo de la sociedad. La percepción se acentúa cuando aparecen noticias como el asesinato en Almería de dos niños a manos del padre para destrozar a la madre de la que estaba separado con violencia vicaria o el del martes en Ribeira, con una joven de 25 años acuchillada por su expareja, con denuncias previas de una relación anterior. Andrea, que así se llama la joven, deja un huérfano de menos de dos años. Se trata de la primera víctima por violencia de género en lo que va de año en Galicia, siete en todo el Estado. La suma desde que en 2005 comenzaron los registros en España es espeluznante: 1.247 mujeres asesinadas.

Los datos de 2023 publicados ayer por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género también son desalentadores. Aunque la tasa de Galicia es la segunda más baja del Estado (53,1 víctimas por cada 10.000 mujeres frente a 79,4 de media), avisan de que cada día se registraron más de 20 denuncias, un 7,6% superior a 2022. Cada 24 horas en España se anotan 533 casos. Un escándalo que desarma a el negacionismo y su representación política. La percepción es que iremos a peor atendiendo a las letras de las canciones que consumen las nuevas generaciones. Sin embargo, un abogado del turno de oficio que atiende a casos muy complicados asegura que aprecia mucho menos machismo, “pero crímenes así los va a haber siempre”. Desgarrador.

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