Opinión

El carné de catalán

Pedro Sánchez maniobró como un buen raposo al decidir que en la historia quede un diputado socialista y en gallego como el primero en hablar en una de las lenguas cooficiales en el Congreso.

La cerrazón del PP nacional que preside Feijóo respecto al uso de las lenguas en la Cámara baja condiciona al PPdeG de Alfonso Rueda por la proximidad de las elecciones gallegas

José Ramón Gómez Besteiro rechaza que su protagonismo en la sesión esté ligado a la candidatura a la Xunta, ya que el PSdeG tiene sus procesos de elección internos, pero Sánchez no desperdició la ocasión de iluminarlo con el foco mediático.

La cerrazón del PP nacional que preside Feijóo respecto al uso de las lenguas en la Cámara baja condiciona al PPdeG de Alfonso Rueda por la proximidad de las elecciones gallegas. “Se PSdeG e BNG van seguir antepoñendo os intereses de Cataluña e de Sánchez, poden deixar de repartir carnés de galego e que repartan carnés de catalán”, contraatacó ayer Paula Prado, secretaria general del PPdeG, para justificar la posición de su partido. La tensión electoral es comprensible, pero no justifica la confrontación con Cataluña por la sensibilidad soberanista de una parte de la población. Ni en Santiago ni en Madrid ni en Albacete.

También hay raposadas de Sánchez que resultan muy feas, como priorizar en la UE la admisión del catalán y retrasar el euskera y el gallego

Prado es diputada en el Parlamento de Galicia gracias a que Cataluña no tragó en la Transición. Isabel Díaz Ayuso y Emiliano García Page, presidentes de Madrid y de Castilla-La Mancha, disponen  de coche oficial por lo mismo. El andamiaje autonómico sostiene tanto a populares como a socialistas, incluso a los representantes de Vox que quieren cargárselo.

También hay raposadas de Sánchez que resultan muy feas, como priorizar en la UE la admisión del catalán y retrasar el euskera y el gallego para contentar a Puigdemont de cara a su investidura. La UE dice que lo estudiará. Hay que sentarse. Menos mal que los vascos no consentirán quedarse atrás y el gallego irá de la mano.

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