Opinión

Feijóo empaña a Rueda

A estas alturas de la negociación por la investidura a la presidencia del Gobierno hasta el lápiz menos afilado del estuche se ha coscado de la importancia de contar con una fuerza con sensibilidad nacionalista de derechas en una comunidad histórica como Galicia. Mientras empresarios vascos y catalanes ponen condiciones a través de partidos que los representan como PNV o Junts, la derecha gallega contrata autobuses para llenar un acto de Feijóo contra la amnistía del Procés y por la unidad de España el domingo en Santiago como antesala de la movilización anunciada siete días después en Madrid.

La hiperventilación por una amnistía o la unidad de España se constata en el nacionalismo español de la calle Serrano, en el burladero taurino o en parcelas administrativas inventadas en la Transición como Castilla-La Mancha.

A unos kilómetros y casi a la misma hora, si no hay cambios en la agenda, estará Pedro Sánchez en la fiesta de los socialistas gallegos en Oroso, pero el partido que representa los intereses de la patronal, al menos sobre el papel, sólo está para servir café a uno de los candidatos, deseando una improbable repetición electoral en vez de jugar a dos manos para sacar y vender mercancía. Se trata del negocio. La macroeconomía de España tira, según la UE, a pesar de haber llegado los comunistas al Gobierno y el empresario ve que Galicia sólo obedece en el chalaneo de la investidura, salvo el escaño sin tutela estatal del BNG, una fuerza soberanista de izquierdas con un programa que pivota sobre la agenda social.

Para el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, puede acabar siendo un problema de cara a la reelección que Feijóo siga sin culminar su marcha de Galicia.

La hiperventilación por una amnistía o la unidad de España se constata en el nacionalismo español de la calle Serrano, en el burladero taurino o en parcelas administrativas inventadas en la Transición como Castilla-La Mancha. El leído comerciante coruñés confiesa que no se ha encontrado con otros colegas preocupados de si España se rompe o de Puigdemont: “Es que es absurdo, sólo fachas de postín se preocupan por eso, nosotros estamos pendientes del precio de la luz”.

Para el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, puede acabar siendo un problema de cara a la reelección que Feijóo siga sin culminar su marcha de Galicia. La posición del PPdeG contra el uso del gallego en el Congreso, cuando la mayor parte de su militancia habla como escribía Rosalía, o aprobar al dictado de Génova  una moción en solitario en el Parlamento de Galicia suena a delegación territorial del partido de Feijóo. 

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