Opinión

Informar o tomar partido

Entre los marmiteros que componen el comité de expertos que asesora sobre política al perpetrador del folio hay uno que cada mañana telefonea con puntualidad para manifestar la queja sobre el tratamiento que los medios de comunicación dispensan al partido con el que colabora pero del que no vive. A veces, antes de la llamada envía una ristra de fotos de páginas de periódico o capturas de pantalla con los titulares de internet que considera escorados como si estuviese registrando una reclamación en la ventanilla del defensor del lector de la prensa gallega.

La libertad de criterio como empresa privada para elegir el contenido de sus páginas

Le cuesta comprender la diferencia entre medios públicos y privados, incluso en campaña electoral. También le pasa a los candidatos. Pachi Vázquez tenía razón con la queja por no haber sido invitado al debate en la TVG cuando Espazo Común Galeguista se presenta en la cuatro provincias y tiene la misma representación que Podemos o Sumar en el Parlamento gallego. En cambio Isabel Faraldo, cabeza de lista de la formación morada, acudió con el pataleo a la junta electoral por no haber sido entrevistada en un periódico privado. El tribunal determinó que los principios de “proporcionalidad y neutralidad informativa en debates y entrevistas electorales únicamente se exigen a televisiones privadas pero no a los medios de prensa”. La junta electoral dio la razón al periódico, que apeló a la libertad de criterio como empresa privada para elegir el contenido de sus páginas.

La crítica se toma como halago hacia el trabajo de los compañeros

Todos los partidos desearían páginas de la campaña elaboradas al dictado y elegir la foto más favorecedora de su candidato: propaganda sin pasar por la caja con la que el gremio paga las facturas. A los marmiteros de los otros cocidos, o parecidos aunque con diferente punto de sal, también les parece insuficiente la ración que reciben. La crítica se toma como halago hacia el trabajo de los compañeros en un momento en el que parece más importarte posicionarse y tomar partido por un bando político que informar de lo que sucede. Pero el ciudadano tiene criterio. Un colega más rojo que Santiago Carrillo confiesa que escucha a Federico Jiménez Losantos a diario: “Así me entero de la deriva de la derecha y evito que los masajes excesivos a los míos en los medios afines hagan que me piense el voto”. 

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