Opinión

Ni punkis ni renacuajos

La joven que camina unos pasos por delante busca una foto especial de la Semana Santa. “Me gustaría hacer a un punki al lado de una manola o de un papón, algo de ese estilo, rompedor”, comenta al interlocutor al otro lado del teléfono. “Pero ya no hay punkis”, reflexiona con tono de alarma. Podrían estar en riesgo de extinción. La última cresta que se puso a tiro de ojo fue en la manifestación en Compostela por la errática gestión (Xunta y Gobierno) de la marea de pélets plásticos que llegaron a la costa de Galicia desde diciembre pasado, pero se trataba de un gorro de lana con gracia.

“Pero ya no hay punkis”, reflexiona con tono de alarma. Podrían estar en riesgo de extinción.

Unos metros más atrás dos jubilados debaten sobre la desaparición de renacuajos. “Será que ya no estamos en edad de ir a la charca y por eso no los vemos”, sugiere uno. “No hay ni renacuajos ni ranas desde hace tiempo y voy todos los días al río”, matiza un chaval que los acaba de alcanzar tirando de un can. “Y disculpas por haberme metido en la conversación”, añade a modo despedida al dejarlos atrás.

Los zoólogos ya alertaban en 1990 de la desaparición de ranas y de otras poblaciones de anfibios por el cambio climático, o por lo que sea según los negacionistas. Mientras se sigue con la discusión en vez de tomar decisiones sin rodeos para proteger el jardín que acoge a la especie, la ciudad de Ourense llegó ayer a 31,3 grados, récord histórico en el mes de marzo, y no se trata de la temperatura del agua en la caldera de la terma.

Mientras se sigue con la discusión en vez de tomar decisiones (...) la ciudad de Ourense llegó ayer a 31,3 grados, récord histórico.

Una pareja del colectivo que sumará hasta el 31 de marzo 16 millones de desplazamientos por las carreteras en todo el Estado, 1,5 millones en Galicia, para disfrutar del santo descanso ha decidido pasar cuatro días en Sanxenxo, pero él se muestra contrariado por el deslome de cuatro noches en las tablas que le colocaron a la furgalla como apaño. “Una noche vale, con más acabas en el fisio”. En el destino hay consenso.

Si la política, sobre todo los dos grandes partidos, pusiese la oreja para escuchar al personal, se encontraría con que la violencia verbal del Congreso y la lucha por acaparar los poderes del Estado no se corresponde con la convivencia de la calle. La política es imprescindible para vivir en democracia, aunque algún representante haya salido rana.

Te puede interesar