A 3.654 gallegos seguramente les tira de un pie que la ministra Ana Mato haya dimitido, que Xosé Manuel Beiras haya anunciado que no volverá a presentarse a las elecciones gallegas, que Feijóo y la oposición sigan jugando al y tú más por los cursos de formación fraudulentos o incluso que un gran número de senadores hayan pasado de asistir a un debate sobre desahucios como desveló la periodista Margarita Zabala el pasado martes. Su gran preocupación será atesorar una manta que los cubra desde la cabeza hasta ese pie.
Porque anoche, hoy y mañana, había, hay y habrá 3.654 personas sin un techo bajo el que cobijarse. Cáritas alertó ayer de que Galicia es después del País Vasco la comunidad con mayor número de personas sin hogar, ya que el ratio de 133 afectados por cada 100.000 habitantes casi dobla la media española de 71, según desveló José Anuncio Mouriño Rañó, director del centro compostelano, durante la presentación de la campaña "Son derechos, no regalos. Nadie sin Hogar".
A 3.654 personas les ha tocado esta lotería cruel y es probable que la cifra vaya en aumento porque entre 2007 y 2011 se disparó un 699,11 por ciento y en los últimos años el incremento ronda el 14 por ciento. Le puede suceder a cualquiera. El 70 por ciento de esas vidas rotas tienen al menos estudios secundarios, pero un día te quedas sin empleo, otro se acaba el paro y una mala noche te ves durmiendo en un albergue y las siguientes en un portal o en un cajero automático si hay suerte.
La campaña de Cáritas exige una política de vivienda que "garantice el derecho y que prevenga y combata la vulnerabilidad y la exclusión".
El próximo político que retuerza las cifras para que mientan tendría que pasar la noche en la calle. No es bohemia, es pobreza.
