Opinión

Ratas y fuego

Ratas en el municipio de Ferrol, fuego en parques naturales de las provincias de Ourense y de Lugo como Baixa Limia-Serra do Xurés y Os Ancares. La climatología en un mes de octubre más cálido y seco de lo habitual no ayuda, pero es una consecuencia inobjetable de la despoblación de Galicia. La imagen avisa de que el reto es gigantesco e inaplazable. El problema demográfico no sólo afecta a la Galicia interior, sino también a una ciudad con una potencialidad enorme como demostró hace décadas cuando la industria naval tenía las gradas repletas y el movimiento obrero mostraba su músculo frente a curas y militares. Los ferrolanos eran más chovinistas que sus vecinos coruñeses, pero A Coruña ha conseguido desplazar a Vigo como motor económico de Galicia, según los últimos informes Ardán, y la ciudad departamental no ha sido capaz de encontrar una alternativa al naval y eso que dispone de unos arenales y una bahía que llegó a estremecer al corsario Francis Drake. Por la alcaldía han pasado en las últimas décadas fuerzas políticas de todos los colores sin ser capaces de esbozar un amanecer optimista.

El concejal socialista Germán Costoya reclamó ayer "la desratización en múltiples puntos de zonas urbanas como Ferrol Vello, Caranza, Catabois, Xoane, Ultramar y parroquias rurales como Doniños". Desde el año 2000 se habla de la posibilidad de presentar la candidatura de "Ferrol de la Ilustración" a patrimonio de la humanidad, pero como no se apuren sólo podrán presentar los restos vencidos de barrios tan hermosos como A Magdalena. En 1996 la ciudad contaba con 83.000 habitantes, dos décadas después el censo ha retrocedido hasta las 67.522 personas. Las ratas sí van en aumento.

Las provincias de Lugo y de Ourense vuelven a sufrir el castigo de las llamas en parajes protegidos. También arde la de Pontevedra. 14 incendios han devastado unas 1.850 hectáreas. Un centenar de brigadistas se manifestaron delante de San Caetano porque la Xunta no prorrogó el contrato de 500 compañeros que finalizaron la campaña anteayer pese a las previsiones meteorológicas. Se quejan de la falta de personal mientras arde el país. Y aunque tengan razón, el problema es que falta gente todo el año para apagar el monte en invierno.

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