Opinión

Del ridículo a la responsabilidad

La diferencia entre el ridículo y la responsabilidad es estar en el Gobierno. Alberto Núñez Feijóo reunió ayer a su equipo y después decretó que las elecciones gallegas serán el 25 de septiembre coincidiendo con las vascas "porque no sería serio ni responsable convocarlas una semana o unos días más tarde" por salirse con la suya tras haber adelantado su predilección por el mes de octubre. Galicia y País Vasco vuelven a compartir escenario electoral por tercera vez desde que en enero de 2009 el lehendakari Ibarretxe decidió fijar los comicios el 1 de marzo de ese año como antes había hecho Emilio Pérez Touriño, por aquel entonces presidente del Gobierno bipartito. Mientras el socialista se esforzaba por rechazar la incidencia de la convocatoria vasca en el proceso gallego, el secretario general del PPdeG, Alfonso Rueda, afirmaba que "la coincidencia de fechas demuestra a las claras que Touriño no pinta nada a ojos del Estado y queda en ridículo después de marear durante meses con el día de los comicios".

La historia es parecida, la silla de aquella voz crítica distinta y ahora es Galicia la bicicleta que sale "responsablemente" a rueda. No es más que una anécdota que demuestra que las palabras de un político no se pueden tomar siempre en serio porque sólo busca la mejor mano para jugar la partida electoral. A Martiño Noriega, alcalde de Santiago, le resulta "curioso" que la decisión de "Feijóo derive da axenda do PNV"; Ana Pontón, candidata del BNG, denuncia que el presidente de la Xunta toma la fecha de los comicios vascos como "excusa para evitar a coincidencia co xuizo da 'Gürtell" que comenzará el 4 de octubre y el cabeza de cartel socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga, lamenta que en agosto el personal ande más preocupado por encontrar sitio en una terraza donde apurar una cerveza que por el sesudo debate electoral. 
Que la decisión sea sólo ventajista es tan discutible como la monserga de la estabilidad o del hartazgo electoral. Lleva razón Feijóo cuando argumenta que se sabía que los comicios caerían con el otoño, aunque también es innegable que el titubeante proceso de los principales aspirantes a llegar a la Xunta le favorece ya que unos están sin listas y otros sin candidatos. Ni ridículo ni responsabilidad. Política.

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