Opinión

Sensatez interesada

Va a ser que se trataba de un despiste. El Ministerio de Hacienda ha decidido ahora que los emigrantes retornados, muchos gallegos, podrán actualizar sus pensiones sin apoquinar multa y a los que ya hayan pasado por caja se les devolverá la cantidad abonada. Hay despistes y decisiones oportunistas.

Un secretario de ayuntamiento tan despistado como un reloj sin cuerda se encontró en el abrevadero con el colega con el que chateaba a diario. "Hombre, Genaro, ¿qué te pasa en la pierna?", se interesó con tono de preocupación. "Coño, Nando, que soy cojo", le respondió. "¿Desde cuándo?", añadió sor- prendido como si le acabasen de escayolar el pie. "Desde que nací". El mismo tipo, lenguaraz como Montoro, pero por despis- te y no por intención, se encon- tró en otra ocasión con un colega de oficio y le dijo con ánimo de agradarle: "¿Con quién vas, con tu madre?", "No, es mi mujer", aclaró el compañero son- rojado por la confusión. No se tomó a mal el desliz porque sa- be que nuestro protagonista incluso podría pensar que se trata de otra persona al leer estas dos anécdotas.

Curiosamente, a menos de un año de las elecciones mu- nicipales, el departamento de Montoro se ha dado cuenta de que "nuestro país es un lugar atractivo en el que disfrutar de la jubilación" y justifica que la marcha atrás en una decisión cruel, "beneficia a España como destino residencial de pensio- nistas con cierto nivel adquisi- tivo que van a colaborar con la recuperación económica". Será por eso y no porque estaban aguijoneando a sus potenciales votantes. Hacienda, que no se enteró de que el olvidadizo Pujol tenía pasta gansa en Andorra ni de tantas otras jugarretas de los poderosos, se comportó de manera implacable con la jubilación de los emigrantes cuando la hucha del Estado tiritaba y ahora le ha entrado un rapto de sensatez porque prevé que al menos puede tintinear la calderilla.

Pueden vestirlo como quieran, pero en política los despistes son intencionados y las decisiones oportunistas. 

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