Opinión

Sondear Galicia

Las encuestas frescas del día provocan más sacudidas que el café cuando amanece en los gabinetes de campaña de las formaciones políticas que se presentan a las elecciones gallegas. Los estudios para detener el movimiento en una foto fija no proporcionan un resultado exacto como una cuenta matemática, pero nutren muchas horas de tertulias y son la comidilla en los mentideros para cebar el ánimo. Los laboratorios demoscópicos, privados y públicos, no pasan por su mejor etapa de credibilidad, pero son la salsa de las elecciones y hasta se echan de menos la última semana cuando la ley electoral prohíbe su publicación, una norma que se ha quedado tan ajada como las cabinas de teléfono en la era de internet y del móvil.

Como un candidato en campaña, el chófer de anécdotas enfoca la columna del día con la esperanza de que lo esbozado vaya en buena dirección para aportar al lector, pero puede cruzarse otra opinión en el camino y mandar la idea a la cuneta. Según el guión, no sería una panderetada pensar que hacer encuestas en la tierra del depende resulta mucho más complicado que en otras autonomías del Estado por tener que soportar el entrevistador toda clase de preguntas del sondeado hasta conseguir una respuesta más o menos fiable: “Yo no veo mal la situación, tampoco bien, ¿y usted?”, ¿y para qué quiere saber si voy a votar, va a hacerlo usted?”. Un librito con la recopilación de respuestas hilarantes tendría tanto éxito como aquellos de los gambazos de los alumnos en los años 90.

Dicen que las encuestas se aproximan más al resultado que en otras autonomías

A media mañana, con los sondeos de los periódicos y del CIS ya estudiados, un economista apasionado de la demoscopia comentó que posiblemente por estos pagos sea más complicado para los encuestadores por las reservas de la peña –”cuando me llaman siempre les miento”, confesó–, pero sobre todo hay que fijarse en el tamaño de la muestra, el nivel de confianza y el error. Poco después, otro colega que se dedica al negocio desmontó la percepción sobre las dificultades de los sondeos en Galicia: “No, al revés. Dicen que las encuestas se aproximan más al resultado que en otras autonomías”. La campaña sigue, los partidos con cartas para gobernar o entrar en el Parlamento tienen encuesta a la que agarrarse para no desfallecer.

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