Opinión

Vázquez Taín sigue sachando

Al juez José Antonio Vázquez Taín sólo le falta firmar libros a la puerta del juzgado mientras se celebran los juicios que ha instruido y, supuestamente, le han servido de inspiración. Su inoportunidad es supina, al igual que el empeño que le pone en promocionar sus novelas.

Coincidiendo con el aniversario de la muerte de Asunta publicó 'Al infierno se llega deprisa', una novela negra en la que una pareja resulta troceada y su hija desaparece después de enviar un 'whatsapp' de socorro a una amiga. Jarrearon palos por la 'casualidad' temática y temporal, pero Taín atendió hasta la llamada de Radio-Taxi para proclamar que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

A los nueve meses de que los medios grabasen casi en directo cómo recuperaba el Códice Calixtino que el electricista Manuel Fernández distrajo de la catedral compostelana con la misma facilidad que limpiaba cepillos, Vázquez Taín publicó 'La leyenda del santo oculto' que pivota sobre el robo del manuscrito medieval. Incluso actuó de asesor en una serie que emitió la TVG sobre el robo antes de que el chispas fuese juzgado.

Llegó ese momento. Como el chispas ingresó repentinamente el pasado jueves en el Hospital do Salnés para escaquearse de la primera sesión de la causa por sisarle la correspondencia a los vecinos y ayer una forense lo declaró apto para que el lunes lo interroguen por el asunto del Códice, Vázquez Taín acudió al plató del magazine 'Boas Tardes' de la TVG con sus libros. Con dos. Como para malgastar la oportunidad.

"Trataré de mantenerme al margen y esperaré a que me digan el resultado final", afirmó durante la entrevista. Parece que no va a ser posible. Carmen Ventoso, abogada de Manuel Fernández, se mostró impaciente ante el inicio de un juicio en el que pretende demostrar que la instrucción se desarrolló "alegremente" y que "el sumario es un manual de lo que no se debe hacer". La letrada, además, subrayó a modo de aviso que su cliente "ni ha escrito novelas ni ha dado ruedas de prensa". De eso se ha encargado el juez estrella, consciente de que un escritor tiene que "sachar" duro en la firma hasta que las ventas lo consagren. Hoy también ha mojado en esta columna.

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