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Carnero Fernández, el pasado viernes en su casa de Arxemil. (Foto: ELISEO TRIGO)
La perplejidad de la confesión de José Carnero de haber dado muerte a una mujer cuando una sentencia ya lo había exonerado ha cuestionado su salud mental. Pero los psiquiatras lo tienen claro: está muy cuerdo.

Un hombre simple pero cuerdo