LR- La iglesia de San Salvador de Celanova recibía la peregrinación de las familias de la diócesis. Vecinos de Ourense, Xinzo de Limia o Rairiz de Veiga participaron en una liturgia presidida por el obispo, Luis Quinteiro Fiuza.
Familias con niños, matrimonios, o grupos de amigos participaron ayer en la peregrinación a Celanova de las familias de la diócesis de Ourense. En una eucaristía presidida por el obispo de Ourense, Luis Quinteiro Fiuza, grandes y pequeños atendieron la liturgia que se prolongó durante más de una hora. ’Me ha gustado mucho, aunque me he cansado de estar de pie’, le confesaba a su madre el pequeño Alex, de cinco años. Más de 500 personas, entre peregrinos y vecinos de la villa abarrotaron ayer la iglesia parroquial, cuya nave lateral derecha estaba cerrada al público a causa de la exposición de Rudesindus que se inaugura mañana. ’No se puede pasar’, repetían una y otra vez los guardas de seguridad que, desde el pasado lunes vigilan las piezas de la exposición, a los fieles que se interesaban por conocer las piezas que se ocultaban tras un enorme telar.
Finalizados los actos litúrgicos, los asistentes pudieron besar las reliquias del santo, así como disfrutar de la interpretación del himno de San Rosendo. Además de las familias de la diócesis, ayer participaron en la misa de once peregrinos de Ourense-Oeste y participantes de la concentración de motos antiguas de Ourense.
