El COB regresa al Pazo 29 días después de su última aparición. Mañana (21,00 horas) recibe al Cáceres intentando ratificar las buenas sensaciones de las últimas jornadas y acercarse un poco más a los puestos de permanencia.
El primer partido en casa de la segunda vuelta será ante uno de los indecisos de la Liga. Un Cáceres que tiene como objetivo la permanencia pero que aspira con argumentos al play off de ascenso a la Liga ACB. El inicio condenaba a lo primero pero el presente de los extremeños es mucho más halagüeño en la pista y en los despachos.
Tres victorias en las cuatro últimas jornadas han disipado dudas y aportado tranquilidad a un proyecto sin la pompa de algunos anteriores pero con más fondo y forma. La apuesta por Carlos Frade para dirigir al equipo dota al Cáceres de identidad en una Liga con menos pegada y en la que se agradece la valentía.
Los extremeños se la han jugado a la baza de la juventud. Jugadores con ganas de crecer y con piernas y músculo para tutear a rivales con más galones o incluso calidad.
Morentín y Robles son la dosis de veteranía que lleva las riendas en los momentos delicados. Dos jugadores de garantías que mantienen su pedigrí en la Liga y que repuntan debido al retroceso de la competición.
El resto intenta crecer. Como Nguemá, que cambia un rol marginal en equipos punteros para recuperar sensaciones. Lleva la dirección de un equipo que no ha recurrido a los bases cerebrales y que tiene para completar el puesto a un casi escolta. Van Oostrum es una de la joyas del Baskonia y tiene físico y calidad para llegar al primer equipo pero en Cáceres la progresión del equipo coincide con un inesperado retroceso de minutos del británico.
En el perímetro, músculo. El que tiene Peña para jugar más cerca del aro que desde la distancia y el que intenta potenciar Álex López para compensar otras deficiencias aunque el dominicano no afloja tampoco en el tiro de tres. Completan la rotación la fiabilidad de Robles y un decepcionante multiusos, Hoobs.
En la zona, más de lo mismo. Morentín pone la solvencia y tres jóvenes se ganan los minutos. El lucense Miguel Lorenzo debe solidificar su aportación para ser algo más que un pívot con buen físico, buena mano y buenos fundamentos. No progresa.
Los foráneos debutan en la Liga. Uno destaca por sus centímetros y otro por el músculo. Duinker hace cada vez más cosas y Ashaolu siempre ha estado en el notable sin llegar al sobresaliente.
Una plantilla completa y larga para jugar al desgaste sin tener que depender de nadie. Un equipo sin jugadores de los que enamorarse pero con mucho bueno que aprovechar y en lo que confiar. Frade no negocia con su estilo y en Cáceres empiezan a valorar la importancia de tener sello propio cuando ya no sobran los euros.
Tres victorias en las cuatro últimas jornadas han disipado dudas y aportado tranquilidad a un proyecto sin la pompa de algunos anteriores pero con más fondo y forma. La apuesta por Carlos Frade para dirigir al equipo dota al Cáceres de identidad en una Liga con menos pegada y en la que se agradece la valentía.
Los extremeños se la han jugado a la baza de la juventud. Jugadores con ganas de crecer y con piernas y músculo para tutear a rivales con más galones o incluso calidad.
Morentín y Robles son la dosis de veteranía que lleva las riendas en los momentos delicados. Dos jugadores de garantías que mantienen su pedigrí en la Liga y que repuntan debido al retroceso de la competición.
El resto intenta crecer. Como Nguemá, que cambia un rol marginal en equipos punteros para recuperar sensaciones. Lleva la dirección de un equipo que no ha recurrido a los bases cerebrales y que tiene para completar el puesto a un casi escolta. Van Oostrum es una de la joyas del Baskonia y tiene físico y calidad para llegar al primer equipo pero en Cáceres la progresión del equipo coincide con un inesperado retroceso de minutos del británico.
En el perímetro, músculo. El que tiene Peña para jugar más cerca del aro que desde la distancia y el que intenta potenciar Álex López para compensar otras deficiencias aunque el dominicano no afloja tampoco en el tiro de tres. Completan la rotación la fiabilidad de Robles y un decepcionante multiusos, Hoobs.
En la zona, más de lo mismo. Morentín pone la solvencia y tres jóvenes se ganan los minutos. El lucense Miguel Lorenzo debe solidificar su aportación para ser algo más que un pívot con buen físico, buena mano y buenos fundamentos. No progresa.
Los foráneos debutan en la Liga. Uno destaca por sus centímetros y otro por el músculo. Duinker hace cada vez más cosas y Ashaolu siempre ha estado en el notable sin llegar al sobresaliente.
Una plantilla completa y larga para jugar al desgaste sin tener que depender de nadie. Un equipo sin jugadores de los que enamorarse pero con mucho bueno que aprovechar y en lo que confiar. Frade no negocia con su estilo y en Cáceres empiezan a valorar la importancia de tener sello propio cuando ya no sobran los euros.
