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Cuando tu área es el mayor enemigo

Ourense. 6-11-2016. Partido de juveniles en Os Remedios. Paz
photo_camera Ocasión del Marina cántabro en el duelo ante el portero Xoán.

El Pabellón es el equipo que más goles recibe en toda la División de Honor juvenil, incluyendo doce tantos en los últimos dos partidos ligueros

De los 115 equipos que componen la División de Honor juvenil, el Pabellón es el más goleado. Un dato que sirve para explicar la mala campaña de los ourensanos, colistas del grupo 1 con solo cuatro puntos en su haber. Han recibido 56 goles en 17 partidos. Unas cifras que solo iguala el UD Telde canario, eso sí, con dos encuentros más disputados y una posición en la tabla que les mantiene con opciones de salvarse. Un récord negativo que los ourensanos ostentan, muy a su pesar, favorecido por la forma en que llegaron las últimas derrotas. Este pasado sábado, el 1 a 6 ante el Deportivo sirvió para despedir el año y dar un paso atrás en la mejoría mostrada las últimas semanas, que tampoco ayudó para sumar puntos. 

La goleada llegó provocada por errores de bulto. Malos despejes, pérdidas de balón y fallos individuales empañan los buenos minutos que el equipo de Guillermo García deja puntualmente. Jugar a remolque en la difícil situación en la que están provoca que la presión sea máxima y los fallos salgan a relucir con más facilidad. Ni siquiera el cambio de sistema a un 5-4-1, para buscar esa seguridad defensiva tan necesaria, ha funcionado bien.

Pero si miramos al otro lado del campo, tampoco en el plano ofensivo la cosa está para tirar cohetes. Tanto es así que el Pabellón presenta el peor balance entre goles recibidos y tantos marcados de toda la competición (-46). La larga sequía que el equipo ourensano atravesó durante el mes de noviembre, frenó en seco su capacidad goleadora, dejando un balance de 10 tantos, el último anotado desde los once metros.

El Tropezón, la única alegría

Después del parón navideño, el Pabellón afrontará el regreso liguero ante el único rival contra el que lograron un triunfo, el Tropezón. Los cántabros son penúltimos pero han mejorado sus prestaciones, con partidos más cerrados y competidos. Otra prueba para un trabajo defensivo obligado a mejorar.

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