Los equipos más punteros de los dos grupos de Segunda autonómica desaprovecharon la oportunidad de distanciarse de sus perseguidores
El fútbol provincial es un escape de la pesadez y la rutina de la semana. Llega el fin de semana y con él se abre la puerta del vestuario para competir ante una afición que nota la llegada del invierno con las bufandas y el aumento de las ventas de café. Las rifas son otro reclamo. Ese jamón siempre le toca al de al lado. Y entre tanto frío y ambiente invernal, los jugadores son los que más sufren dentro y fuera del campo. Las mantas, los guantes, las térmicas y los pantalones largos son el ingrediente necesario para sobrevivir a esos banquillos que cuestionan al entrenador.
La cabeza de la clasificación del grupo 8 de Segunda Autonómica se aprieta. Del primero, el Cea, al octavo, el Santa Teresita, solamente hay ocho puntos de separación.
En la pasada jornada, solamente ganaron el Cea (0-2) al Ribadavia Atlético, el Atl. Ponteveda al Toén (0-5) y el Rúa al Moreiras (4-0). En el grupo 9 de Segunda autonómica, el liderato es para el Valenzá, que ya lleva en lo alto de la clasificación varias jornadas. El Sande se lo puso difícil en esta jornada y el líder solo pudo empatar en su campo (0-0). El Rante empató en el campo del Piñeira Seca (1-1) y se le acerca al segundo puesto el Seixalbo que ayer mostraba una solvencia ofensiva en O Pao Rañao contra el Cartelle (2-4).
El partido más vibrante de este grupo fue el Lobios-Muiños con un resultado de 2-3. Los visitantes inauguraron el marcador, los locales remontaron (2-1) y los visitantes se llevaron el partido con un gol en el minuto 85.
