El equipo no se parece en nada al que inició la Liga después de los fichajes hechos sobre la marcha

Huesca: una temporada y dos equipos

El entrenador Jordi Balaguer, con Gitterer y Zengotitabengoa, en el primer entrenamiento de ambos jugadores con el Peñas.
En poco, por no decir en casi nada, se parece el Huesca que visitará mañana el Pazo al que inició la temporada. Poco a poco Jordi Balaguer ha ido dando forma a una plantilla que llegó a presentarse a algún partido con sólo siete jugadores.

En una temporada marcada inicialmente por los problemas el Huesca ve ahora la luz al final del túnel. El equipo estuvo cerca de no salir en la competición, con ella iniciada perdió por lesión a uno de sus extracomunitarios y más tarde, aunque de menor gravedad, cayeron Aranda y Valdivieso. El resultado fue estar obligado a convivir con la zona peligrosa de la clasificación.

La pareja Garrido-Wolfram no fue suficiente para competir con los mejores y el Peñas tuvo que recurrir a los rivales de ‘su’ Liga para ir haciendo terreno. Ahora las sensaciones, el objetivo y los medios son antagónicos.

Primero llegó Alex Formento. Aporta carácter dentro y fuera de la pista. Más tarde aterrizó Asier Zengotitabengoa. Centímetros para un perímetro carente de ‘treses’ pero, hasta hace dos jornadas, incapaz de aportar más de lo que ya tenía el equipo. En Cor nellá, por fin explotó.

Todavía quedaba por llegar lo mejor. El brasileño Gitterer equilibra el juego interior. Sin ser un ‘5’ sí es capaz de aportar puntos y batalla en la zona y desde Navidad es uno de los jugadores más en forma de la categoría. Por último aterrizó Iván García. El alero, sobrado de talento y desparpajo, buscará volver a sentirse importante tras dos años casi nulos en el CAI Zaragoza. Cuando coja la forma está capacitado para marcar diferencias en la LEB Plata.

Cambio de rumbo

Poco a poco el Huesca ha ido cambiando el guión de la temporada. De coquetear con los puestos de descenso a vencer al líder de la Liga. De pensar en no pasar agobios a soñar con armar el taco en los play off si cae la octava o novena plaza. De bajar la cabeza en casa ante rivales sin peso a mirar a los ojos a cualquiera de los gallitos.

Cornellá y Palencia saben mejor que nadie como se las gasta un Huesca que ahora tiene jugadores, talento y confianza para hacer de la recta final de la temporada su cruzada particular. En Ourense se juegan buena parte de sus opciones.


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