"Llevo todo el año encerrado"

"Todo lo que llevamos de año lo he pasado encerrado en casa". Con el calendario en la mano lo que cuenta Cote Iglesias no es real, pero poco le falta. Nos acercamos al mes de junio y este ourensano que encadena cinco años en China como responsable de escuelas de fútbol va camino de los 150 días encerrado. El virus lo cogió en Chengdu, capital de la provincia de Sichuan. Entonces no era una pandemia, pero allí la situación ya no admitía valoraciones sobre su gravedad: "Las medidas eran extraordinarias. Estabas en tu bloque de viviendas, con policía por todas partes y uno dedicado específicamente a tu comunidad. A las ocho de la tarde salías a la ventana, venía un dron y te medía la temperatura. Los días anteriores a venirme para España estaba todo cerrado, no se movía una hoja. Casi no había ni donde comprar comida". En su caso tenían el agravante de estar "cerca" del foco del virus: "Estamos a 1.000 kilómetros de Wuhan y teníamos todavía más restricciones". De un día para otro encontró un vuelo con "varias escalas, pero era el que había" y llegó a Vigo el 28 de enero. "Estuve 14 días en cuarentena nada más llegar", le quedaron poco más de dos semanas de aprovechar la libertad de un país inconsciente de lo que se le venía encima. Y hasta ahora: "Aquí no pensaban que pudiera pasar algo así. No es que en China esté la gente acostumbrada a estar confinada, ni mucho menos, pero en España era impensable. Empezaban los casos y la gente no era consciente de que nos fuesen a confinar. Incluso uno o dos días antes la gente no lo pensaba". Tres meses en casa con sus padres después de cinco años viviendo solo en China. Un cambio demasiado radical: "Muchas veces hablábamos de lo poco que podíamos estar juntos en estos años, pero ahora es verdad que se hace un poco complicado porque estamos juntos para todo. Y eso que ellos están trabajando". Cada tarde acumula horas y horas de videoconferencias de trabajo con China y, precisamente, las noticias de allí deberían ahora ayudar a aportar ilusión aquí: "Las cosas han cambiado mucho. Que el gobierno chino empiece a permitir la actividad física con los niños y que ya haya colegios es una gran noticia. Allí la vida ya es normal. Entiendo que el virus no se va a ir nunca, porque es como una gripe, pero es verdad que lo tienen muy controlado, o eso parece". Insiste en esa idea: "Todo son etapas y confío en que aquí llegará un momento, en verano, en el que no habrá desaparecido pero tendremos el virus controlado y ese debe ser el objetivo". "Poder salir a hacer deporte" La "libertad" de la fase-1 en España cobra para él todavía más significado, pero no lo aprovecha precisamente para desquitarse: "Lo que más echaba de menos era el poder hacer deporte. Ahora tenemos dos franjas horarias y aprovecho una de ellas, las dos nunca porque no creo que sea correcto. Es lo que hago. Por ahora ir a terrazas o cosas así no lo veo, sinceramente. No podemos pasar de la nada a todo tan rápido". Pone el ejemplo de China: "Allí hasta que el número de muertos o de contagios era prácticamente nulo no se pudo hacer vida normal". El secreto de sumario le impiden dar fechas ni destino para su reincorporación al trabajo dejando atrás la pantalla del ordenador. En verano volverá a Asia y espera que entonces allí y aquí la puerta no se vuelva a atrancar por culpa del virus. Tres años trabajando para el FC Barcelona en la Academy El puesto exacto de Cote en el interminable organigrama de un club como el FC Barcelona es el de director de la academia de Chengdu: "Por un lado soy el director de una academia de fútbol del club y además tengo que supervisar y activar el plan de estrategia que tenemos en el país". Trabajar en China obliga además al control de "un idioma que es realmente complicado porque tiene muchas entonaciones y apoco que hagas mal una lo cambia todo, aunque el nivel inglés es muy alto y lo haces casi todo en inglés". Cinco año le han servido para estar totalmente adaptado al estilo de vida. "En China todo es a lo grande y la inversión en fútbol también" El trabajo con la cantera tiene mucho de capacidad de los entrenadores, pero también de medios para hacerlo. El contraste con España es enorme: "No tienen mesura. En China todo es a lo grande y en el fútbol también. Si tienen que hacer 20 campos de fútbol de golpe los hacen, y muy rápido además". Reconoce Cote que los próximo meses la situación puede ser distinta: "En todas partes hay dudas y parece que puede limitarse un poco la inversión tan grande que se estaba haciendo el fútbol, aunque allí la pasión es enorme".