El Raio Alaricano será otro de los equipos que se estrenará en la máxima categoría del fútbol provincial. Dentro de la plantilla, que volverá a entrenar Bruno Bermúdez, se encuentra Aram Gómez que, asume la doble función como presidente y jugador desde 2014, cuando fue creado el club.
¿Por qué nace el Raio Alaricano?
Básicamente porque había una generación de futbolistas en la que, por un motivo u otro, nunca pudimos jugar todos juntos al estar algunos en el Allariz, Boado, Allariz B y otros que lo habían dejado. Vimos que económicamente era viable, que podría salir y fuimos para adelante.
¿Era necesario otro representante en esta villa?
Durante cuatro años hubo tres equipos y realmente había jugadores suficientes para tenerlos. A partir de ahí, como esto va por generaciones, unos son más futbolistas, otros más de baloncesto o de otros deportes.
¿Cuáles eran los sueños entonces?
Cuando se creó lo fundamental era pasarlo bien y disfrutar del fútbol en amistad. Es cierto que el primer año el objetivo claro y único era ascender, porque algunos ya habían pasado por Tercera Galicia. Un vez en Segunda la meta de estar en Primera siempre estuvo ahí, pero tampoco era prioritario.
Hace seis años debutaban y se coronaban campeones.
Se dieron las cosas bastante bien y encadenamos una buena racha de victorias que nos dieron mucha moral. Era un grupo tan corto, de apenas 11 equipos, que no había tiempo para remontar. Recuerdo que ascendimos a Segunda en enero, pero fueron duros rivales la Carballeira, al que no pudimos vencer, Vilardebós y Allariz B.
Había que ir a por otro ascenso.
Todos los años estuvimos metidos en la pelea. En el debut en Segunda fuimos campeones de invierno, pero luego se torcieron las cosas por las lesiones. Al año siguiente nos metimos en la fase de ascenso donde nos eliminó el Piñeira Seca. Siempre competimos, pero nos faltaba un pelín al final".
A la tercera, la vencida.
El título iba a ser muy complicado, porque el Cartelle estaba muy fuerte, pero si llegara a fallar estaríamos al acecho para arrebatarle el primer puesto que lo habían conseguido en el duelo directo. No se pudo llegar a jugar la fase de ascenso, pero ganarla era nuestro objetivo. La Federación decidió que ascendieran los dos primeros y nos alegramos por subir, pero nosotros que somos muy dados a las celebraciones, nos apetecía festejar el llegar a Primera Galicia".
Le toca dar el callo dentro y fuera del campo.
El tema de ser presidente es burocrático, pero a la hora de trabajar todos estamos haciendo socios, vendemos camisetas, repartimos rifas y lavamos la ropa. Somos todos iguales.
¿Es más costoso ganar un partido o mantener saneado al club?
Por suerte en Allariz tenemos mucho apoyo de la gente los dos clubes.En un concello de casi 6.000 habitantes, contamos con 800 socios. Da un poco de trabajo, pero más difícil es ganar cada fin de semana.
¿Cómo conviven los dos equipos alaricanos?
Compartiendo instalaciones como se puede, el campo es el que es y muchas veces entrenamos en el de fútbol 8 o el de hierba natural. Hay momentos en la temporada que se hace más difícil, pero año a año las situaciones se van mejorando, hay un mejor aprovechamiento de las instalaciones y de alguna manera nos coordinamos mejor para encontrar un equilibrio.
Por dos veces estuvieron cerca de llevarse la Copa B.
Ese sí que es uno de los resquemores que nos ha quedado, es una de las cosas que más nos dolió a todo el equipo y además en ambas finales las perdimos en los penaltis. Tal vez la Copa nos debe una, lo que pasa que ahora será más difícil ganarla habiendo equipos de Preferente, pero lo seguiremos intentando y perderemos en los penaltis otra vez (risas).
¿Cómo se imagina el primer clásico ante el Allariz?
Si te digo la verdad veo tan lejos que podamos siquiera jugar la primera jornada por la situación del coronavirus que no lo he pensado. La liga no se va a iniciar cuando pensábamos y no sabemos muy bien lo que va a pasar. Pero llegado ese día en que nos enfrentemos al Allariz, me imagino el campo de O Seixo abarrotado de gente y donde en los días previos haya ambiente de fútbol en todo el pueblo. Debe ser una fiesta y todo eso culminado con una cena entre ambos. Firmaría no ganar el derbi y poder salvarme del descenso.
