Periodista deportivo

Ricardo Seguín: ‘Seguir tantos años al Ourense me permitió ver el aprecio que se le tiene’

Ricardo Seguín, el sábado en su lugar de trabajo. (Foto: Martiño Pinal)
Ricardo Seguín recibirá el próximo lunes día 22 el premio de la Asociación de xornalistas deportivos a una trayectoria que se extendió durante más de 30 años, desde 1973. ‘Qué supone para mí? Sorpresa, principalmente. Soy consciente que no he hecho absolutamente nada para merecerlo. Yo me dediqué al periodismo deportivo porque me gustaba, mucho. Me quitó muchas horas de trabajo, pero me dio muchas satisfacciones’.
Radio Popular, ahora Cadena Cope, La Región y Telemiño. ‘Empecé en el año 73, cuando era directivo del Galaico’, el filial de CD Ourense. ‘Empecé a colaborar en Radio Popular, hacíamos un carrusel de partidos del fútbol modesto, en directo. Luego, hacía un extracto de cada crónica y eran las que aparecían primero en la Hoja del lunes y luego ya en la La Región, cuando estaba en Cardenal Quiroga. Es importante destacar que por aquel entonces no había teléfono móvil, las crónicas se pasaban al final del partido desde el bar del pueblo’, rememora Seguín.

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? ‘No, cada tiempo es cada tiempo. Hombre, es inevitable mirar hacia atrás y no sentir una profunda nostalgia. Centrándonos en CD Ourense, yo creo que le quedan tiempos muy buenos, y será mejor todavía cuando puede abastecerse a sí mismo y que, por ejemplo, el presidente sea el que elijan los socios’.

Todas las horas detrás del CD Ourense. ‘Me hice cargo de la información del equipo en 1995. Me enganchó y me permitió conocer España. Y también tomar nota del aprecio que le tienen a este club en todos los rincones. Desde los 80, la historia del Ourense ha estado jalonada por amagos de desapariciones. Pero siempre ha salido adelante. Las mayores alegrías me las han dado los ascensos de categoría. Sin embargo, el partido que quizá haya vivido con mayor intensidad fue aquél en Almería en el que el que perdiese bajaba a Segunda B. En fin, ha sido una aventura impresionante que me ha permitido hacer muchos amigos por el camino’, remarca Seguín.

Pero antes de coger el Ourense, ¿qué le pasó en el pabellón?

Radiábamos en directo partidos de juveniles, de lo que ahora sería la división de honor. Por Ourense desfilaron los Michel o los Raúl. Yo narraba desde un tejado, donde ahora hay una piscina. Y ponía mis cosas en un voladizo. El problema eran los enchufes, que estaban en las oficinas del pabellón. Debía recorrer 200 metros de pasillos con los cables. Muchas veces estabas retransmitiendo, o eso creías, y te habían desenchufado. Como ésa, muchas.

Ahora, desde algo de distancia. ¿Tiene futuro el CD Ourense?

Lo tiene. Es más, el descenso a Tercera habrá sido algo bueno si ello ha valido para volver a echar mano de la cantera. Lo pri mero es sanearlo. Y cuando se consiga, este club llegará arriba con mucha más salud en un plazo de dos o tres años.

Porque, ¿cuál es la categoría en la que debe estar el Ourense?

La Segunda división. La Segunda B es la categoría maldita del fútbol, no tiene sentido. Pero siempre con los pies en el suelo, sin aires de grandeza como aquella etapa que todos recordamos pero ninguno quiere recordar. La SAD fue una ruina. Pero el Ourense tiene gancho. Siempre lo tendrá.

Tuvo que ser duro echarse a un lado, después de tantos años...

Lo fue. Y lo que más me dolió fue el descenso a Tercera división. Me dije que no lo dejaría hasta que volviese a subir. Sin embargo, he de decir que descubrí los fines de semana casi 40 años después.

Como ourensanista de pro, ¿le está haciendo mucho daño el COB al Ourense? ¿Hay sitio para los dos?

Caben los dos. El baloncesto está viviendo un boom, pero debemos estar todos preparados porque el boom pasará. Ahora mismo es la novedad. Pero cuando pase el boom quedará el rescoldo, y el rescoldo es lo que salva a los clubes. He de decir que yo hice unos pequeños pinitos con el baloncesto, cuando estaba José María García en la Cope entré tres o cuatro veces con el COB.

Hablaba antes de haber recuperado los fines de semana...

Ahora tengo más tiempo para la familia. Pero de cuando en cuando mato el gusanillo yendo al campo del Couto. Nostalgia siempre habrá, es inevitable.



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