¿El síndrome del Pazo? El Coinasa Ourense dejó escapar la victoria ante el penúltimo. Una victoria que tenía en la mano pese a no jugar un buen partido. Una victoria que supo defender cuando se quedó con uno menos por la expulsión, equivocada, de Javi. Una victoria que le quitó Pedro desde su propio campo.
Tampoco ante el penúltimo. El Coinasa Ourense continúa con su particular campaña de ayuda al necesitado. Así llegaba al Pazo el Castro Urdiales, con un puntejo sólo después de cinco partidos. Pero después de un pésimo primer tiempo, una leve mejoría en el segundo le bastó para ponerse por delante en el marcador. El 2-1 fue lo mejor del partido. Javi colocó la pelota que le había mandado Leonardo sin que tocase el suelo.
Supieron salir indemnes los leonciños de la expulsión del propio Javi, que puso cara de haba cuando vio la roja en las narices por una falta que él no había cometido. Cuando los cántabros se consumían, cuando ya habían cometido las cinco faltas y quedaban aún cinco minutos, cuando un disparo de Rezende lo había devuelto el palo, cuando Edu había estampado una contra el guardameta. Cuando... Llegó el empate, en un pelotazo enorme que se sacó Pedro más cerca de su propia portería que del centro de la pista. El 2-2 definitivo.
¿El síndrome del Pazo? El Coi nasa Ourense salió con una torrija de las gordas, que trajo como castigo entre otras cosas el 0-1, una pelota que dejó muerta el portero después de un saque de esquina y que cazó Edu Vidal.
No era un buen Ourense, incapaz de superar la presión del Castro Urdiales. Aún tuvieron el segundo los cántabros, pero el centro de Pedro desde la esquina pasó de lado a lado de la puerta sin encontrar rematador.
Con todo, Rezende culminó una buena jugada cerca del descanso para igualar el resultado.
La segunda parte fue de los leonciños, lejos de la excelencia pero superiores. Sobraron eso sí algunos gestos y algunas actitudes, y sobre todo el 2-2, cómico. Y el sábado próximo, a Logroño.
