A medida que avanza la conversación, Iago Aspas Juncal (Moaña, 1987) se va sintiendo más cómodo. En la segunda parte de la entrevista con Atlántico charla de fútbol con gusto. Así, desgrana su propuesta favorita, su posición predilecta y su manera de interpretar el juego. Incluso analiza situaciones concretas del último partido en Sevilla.
También viaja por sus recuerdos antes de regresar al presente y confirmar que sigue siendo el mismo -también en alimentación y cuidados-. Todo ello mientras enarbola la bandera de la cantera y de la pelota. La bandera de la identidad del Celta. Su bandera.
¿Qué porcentaje del día diría que dedica a hablar de fútbol con familia y amigos?
Pues el 80 o el 90%. Aparte de lo que hablo con mi familia por los niños y esas cosas, normalmente hablo de fútbol y un poquito de coches.
Imagino que esa cantidad incluso habrá subido en los últimos días con todo lo sucedido.
Sí, por supuesto. Sobre todo porque después de un cambio de entrenador siempre sale el qué tal el día a día, los entrenamientos, las soluciones que busca... Hablo mucho de fútbol con mi hermano Jonathan y comentamos el partido de Sevilla. Primero, porque a él le encanta. Y también, porque él seguía muchísimo al Celta B.
Fue el partido de la temporada con más balón, tanto para usted como para el equipo. ¿Echaba de menos esa sensación de crecer a partir de la pelota?
Yo sí. Es que mamé mucho el ser protagonista con balón y creo que es el camino más fácil para llegar a la victoria. En fútbol puedes ganar, perder o empatar, pero tener una filosofía desde abajo es algo para sentirse orgulloso, por supuesto.
Tres puntos importantes en la lucha y para dar tranquilidad. Pero también porque los defensores del juego reactivo suelen despreciar el propositivo diciendo que “esto va de ganar”. Como si los que apuestan por la pelota no quisieran hacerlo.
Todo el mundo quiere ganar. Con una propuesta o con otra. Yo creo que de esta manera es más sencillo llegar a la victoria porque tienes más el balón que el rival, aunque también hay casos de equipos que ganan sin tanta posesión. Esto es fútbol y por cualquier detalle se va el partido. Pudo pasar en Sevilla porque si te meten el 2-0, pasaría a pintar de otra forma.
"Recuerdo con mucho orgullo el paso por Europa; teníamos un gran equipo y éramos soldados de Berizzo"
¿Cuál es su Iago Aspas favorito? ¿El definidor o el que acelera el juego en una fase intermedia?
Yo prefiero jugar lo más cerca posible del área porque creo que es donde soy más resolutivo, tanto para el último pase como para definir. Tengo 37 años y si tengo que bajar mucho, es una obviedad que tengo que recorrer más metros hasta la portería rival y que me va a costar más.
En ese sentido, se suele hablar mucho de sus números pero no tanto de lo intangible, como su lectura táctica en el campo. ¿Cuánto de innato, de trabajo pre-partido y de experiencia hay en ello?
Creo que es un cúmulo de todo. Haber ido jugando, haber visto muchos partidos, conocer a los rivales también me influye mucho... Y luego, la lectura que tengo dentro del terreno de juego para saber dónde le puedo hacer más daño al rival. El otro día, por ejemplo, tenía a Kike Salas que me seguía mucho. Era casi un marcaje mano a mano. Entonces, yo intentaba sacarlo de zona y le decía a Larsen que, cuando recibieran Mingueza o Sotelo y yo venía, que él cogiera mi espalda y la de Kike para aprovechar que uno de los tres centrales estaba pendiente de mí.
En cuanto a su trayectoria, ¿cómo recuerda esa permanencia del 4% sabiendo que se iba a ir a Liverpool?
Lo pasamos con mucho nerviosismo. Es la primera vez que me veía en una situación así como jugador del primer equipo. Sí que la tuve contra el Alavés unos años antes, pero yo era un chico del filial que venía a ayudar y a sumar y no tenía la misma presión que los compañeros. Fue un último mes difícil y jodido. Se venía hablando mucho de mi salida y yo intentaba abstraerme de todo eso y centrarme en el juego. Pero se nota en el día a día.
Otro disgusto en su momento, ahora un bonito recuerdo, fue su periplo por Europa con el Celta.
Lo recuerdo con mucho orgullo. Teníamos un gran equipo, con mucha gente de la casa y sabíamos a lo que jugábamos. Éramos soldados de Berizzo. Coincidimos con muchos jugadores en el pico más alto de forma de sus carreras y nos quedó la famosa jugada para haber llegado a una final y quién sabe si haber podido conseguir un título europeo.
"A los chicos de la cantera los veo con mimbres para llegar al primer equipo"
Hablando de experiencia, como capitán y hombre de la casa, ¿qué tal ve a la cantera del Celta en la actualidad?
En A Madroa han hecho y hacen un grandísimo trabajo a lo largo de los últimos 20 años. Sobre todo, a partir de que se le dio una forma clara a la cantera con el presidente Carlos Mouriño. A los chicos los veo con muchas ganas, con mucha ilusión y con mimbres para llegar al primer equipo. Y así se está viendo. A diario, entrenan con nosotros más y más compañeros del filial, tenemos gente cedida fuera y además hay muchos jugadores formados aquí que están compitiendo en Primera División en otros equipos.
"Con este estilo de juego que propone Claudio creo que puedo ser diferencial"
¿Cómo se siente físicamente?
Es cierto que el año pasado acabé la temporada jodido por el tema de la espalda, que es algo que se ha venido repitiendo a lo largo de mi carrera y más en estos últimos años. Pero esta campaña me estoy encontrando bastante bien. Como cualquier futbolista, paso por picos de forma, por partidos que juego mejor y por otros en los estás peor porque no te encuentras tan cómodo. Pero, con este estilo de juego que propone Claudio, de estar en campo rival y apretar la pérdida hacia adelante en esos primeros metros, creo que puedo ser diferencial porque voy a poder estar en el último tramo del terreno de juego.
"Creo que tengo un físico privilegiado y nunca he ido a nutricionistas"
¿Ha cambiado alguna rutina de alimentación, descanso o entrenamiento para alargar su carrera?
No, la verdad es que no. Casi siempre he hecho lo mismo. Creo que tengo un físico privilegiado y nunca he ido a nutricionistas. Es cierto que los tenemos en el club y te dan suplementos y batidos. Pero si voy a casa de mi madre y hay garbanzos para comer, como garbanzos. O cuando llego a mi casa y tengo que comer pasta con los niños, la como. O si después de un partido hay que comer una hamburguesa, también me la como.
Debe ser cosa de ese año 1987, del que también son Leo Messi o Novak Djokovic. ¡Menuda cosecha!
La verdad es que no lo sé (ríe). En mi caso, tengo la suerte de disponer de un físico privilegiado y no he sufrido muchísimas lesiones. Yo vivo por y para el fútbol. Es lo que me gusta y va de prepararse en el día a día para el fin de semana.
Su contrato acaba en 2025, pero teniendo en cuenta este buen momento y la posibilidad de batir el récord de 533 partidos de Manolo, ¿se plantea seguir más allá y lograr otro hito?
La verdad es que no lo sé. Lo primero es seguir disfrutando cada fin de semana y pensando siempre en que llegue el próximo partido. Una vez acabe el contrato en 2025, que aún queda más de un año, pues ya veremos tanto el club como yo si lo extendemos, si seguimos hablando o lo que dios quiera.
