'Nadie me obligó a doparme, pero era parte del ciclismo', remarca el exciclista alemán en el juicio de la Operación Puerto

Jaksche no se guarda nada

Los periodistas siguen desde un monitor la declaración del exciclista alemán Jorg Jaksche. (Foto: J.C. HIDALGO)
El excorredor alemán del equipo Once y del Liberty Jorg Jaksche admitió a preguntas de las defensas que llevaba ocho años dopándose cuando comenzó a tratarse con el médico Eufemiano Fuentes, y que aunque nadie le obligó a ello esas prácticas eran 'parte del ciclismo'.
'Tener un hematocrito alto (nivel de viscosidad en la sangre, que aumenta el rendimiento físico) y también doparse era parte del ciclismo. Si me preguntan si me obligaron a hacerlo digo que no me obligó nadie, pero eran las expectativas que había. Por eso cobraba, por eso llegué a Fuentes a través de (el exdirector deportivo) Manolo Saiz', dijo.

Durante su declaración como testigo en la octava sesión del juicio de la Operación Puerto, el excorredor reconoció que comenzó a doparse en su primer año de profesional (1997), cuando corrió en el equipo Polti y su director, Gianluigi Stanga, le administró EPO.

Jaksche continuó dopándose en el Telekom (1999-2000), en el Once (2001-2003, ya bajo la dirección de Saiz) y en el CSC (2004) antes de fichar en 2005 por el Liberty y volver a ponerse a las órdenes del cántabro, acusado junto a Fuentes en el juicio de la Operación Puerto.

Las defensas inquirieron s a Jaksche si sufrió algún problema de salud a consecuencia de las extracciones y reinfusiones de sangre practicadas por Fuentes (había dicho que en una ocasión se mareó y sintió 'como una arritmia') y si consultó con algún médico.

'Tenía miedo si iba a algún médico de tener que reconocer lo que había hecho y poder perder mi trabajo o que me prohibieran correr', señaló el alemán, que añadió que pese a que su padre es médico tampoco consultó nunca con él.

Mientras, el ciclista italiano Ivan Basso aseguró que entró en contacto con el doctor Eufemiano Fuentes porque 'desde niño quería ser el mejor corredor del mundo' y pensaba que podía mejorar su rendimiento con el método de congelación de la sangre empleado por el médico canario.

'Era una cosa mía, no lo sabía ni mi equipo ni mi familia', dijo Basso, que añadió que no existía ningún riesgo porque se trataba de reinfundirse su propia sangre y que en aquella época 'lo encontraba una cosa justa, aunque ahora ya no'.

Te puede interesar