Desde el punto de vista socioeconómico, el sector lácteo es un pilar imprescindible para luchar contra la despoblación y el avance de la “España Vaciada”, ya que los ganaderos, cooperativas y fabricantes son a veces la única industria o empresa en los territorios rurales.
“Debemos recordar nuestros compromisos con el medio ambiente, el bienestar animal, la lucha contra el despoblamiento rural, las energías renovables, la innovación, la economía circular y la salud. Seguiremos transmitiendo a las personas consumidoras la importancia del trabajo que realiza todo el sector, para poner en sus mesas estos productos sanos, sostenibles y de gran calidad”, ha subrayado el presidente de InLac -federación nacional de industrias lácteas-, Ignacio Elola.
En Galicia este sector es especialmente importante, llegando a ser, en 2020, el productor del 40% del total de la materia prima producida en España. Por quinto año consecutivo, Galicia batió su récord histórico de producción láctea al poner en el mercado casi 2,9 millones de kilos de leche, justo el doble que hace tres décadas. Paradójicamente, este aumento de las entregas se produce en un contexto marcado por la reducción del censo de explotaciones, que ha cerrado el año 2020 con una merma de 347.
A día de hoy, producen leche en Galicia casi 6.800 granjas, una décima parte de las que estaban en activo hace tres décadas, cuando España empezaba a asumir la nueva realidad agraria derivada de su entrada en la Unión Europea y que, en el sector lácteo, supuso la adopción del sistema de cuotas lácteas, un mecanismo de regulación del mercado que establecía topes máximos a la producción de cada granja pero que, sin embargo, no logró frenar el imparable potencial productor gallego.
El poder de la leche y los productos lácteos es incuestionable. Las guías internacionales de referencia alimentaria, la comunidad científica y médica constatan la necesidad de consumir de 2 a 4 raciones de lácteos en función de la edad, el sexo y la situación nutricional. Una ración equivaldría a un vaso de leche o a dos yogures. Y por lo que respecta a los quesos, la porción de semicurado o curado recomendada rondaría los 30 gramos y la de queso fresco, sobre 60 gramos. Y es que la leche y los productos lácteos –subrayan desde InLac- constituyen el grupo de alimentos más completo y proporcionan un elevado contenido de nutrientes en relación con el contenido calórico. Asimismo, presentan una composición muy equilibrada, aportando proteínas de alto valor biológico, hidratos de carbono (lactosa), grasa, vitaminas liposolubles y minerales como calcio y fósforo. Además, ayudan a prevenir enfermedades.
Por otra parte, InLac aboga por seguir potenciando la diversificación y la industrialización para ganar mayor valor añadido a través de la transformación en quesos, yogures, mantequilla, nata y postres lácteos. En este marco, existe un campo enorme por recorrer para ampliar la comercialización de estos alimentos tanto en el mercado interno con en el exterior, especialmente en países como EE. UU. y los emergentes asiáticos, agregan.
Desde InLac remarcan su compromiso con el impulso de una generación de ganaderos y ganaderas capaz de enfrentarse a un contexto cada vez más exigente y competitivo, a través de la profesionalización, la formación y el intercambio de ideas, además de su esfuerzo por la vertebración del sector lácteo, con la cooperación entre los diferentes eslabones de la cadena. Apoyan el fomento de la idea de que el sector lácteo es un campo lucrativo con mucho futuro y buscan una mayor globalización del mercado de los derivados lácteos.
