SOCIEDAD

La desaparición de Jim Thompson o casi medio siglo de misterio

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photo_camera Jim Thompson.

La desaparición de Thompson el 26 de marzo de 1967 durante una excursión por la jungla en Cameron Highlands, en el norte de la vecina Malasia, todavía no se ha resuelto

La desaparición de Jim Thompson, el espía y millonario estadounidense cuya casa de Bangkok visitan cada año en peregrinación decenas de miles de turistas, está cerca de cumplir medio siglo convertida en un misterio aún por desvelar.

El último esfuerzo por arrojar luz sobre el caso lo ha realizado su compatriota Lew Toulmin, autor de un exhaustivo informe de 687 páginas con todos los datos y testimonios que existen sobre una evanescencia a la que el tiempo ha añadido ribetes legendarios.

Fruto de dos años de entrevistas e indagación documental, el trabajo recoge el rosario de versiones que se barajan para explicar la desaparición de Thompson el 26 de marzo de 1967 durante una excursión por la jungla en Cameron Highlands, en el norte de la vecina Malasia.

La hipótesis que tiene más adeptos es la del asesinato de un personaje muy conocido en su época y que era amigo de estrellas de Hollywood -Katherine Hepburn, Elizabeth Taylor y Grace Kelly, entre otras-, pero contaba con un número no menor de enemigos.

En el informe no se desecha que la CIA ordenara la eliminación de Thompson, que durante la Segunda Guerra Mundial había trabajado como oficial del Ejército para la Oficina de Servicios Estratégicos, embrión de la agencia de inteligencia estadounidense.

Tras instalarse en 1945 en la capital de Tailandia, país que despertó su vocación orientalista, Thompson continuó colaborando con el servicio de inteligencia norteamericano, del que, no obstante, se había distanciado por su oposición a la guerra de Vietnam.

Tampoco se descarta que le mataran sus adversarios en el negocio de la seda, en el que luego ganó su fortuna pero también rivales.

Su pasión por la arqueología -de la que es buena muestra la colección de piezas milenarias expuestas en su casa de Bangkok- asimismo le enfrentó a tratantes de arte y a las autoridades tailandesas, que le acusaban de expoliar el patrimonio local.

Thompson mantuvo una relación sexual clandestina con Irina Yost, esposa del entonces embajador de Estados Unidos en Tailandia, Charles Yost, y tampoco se excluye la posibilidad de que la desaparición estuviera vinculada con esos amoríos extramaritales.

Aunque Cameron Highlands es un área montañosa en el que habitan tigres, la investigación considera improbable que fuese devorado por uno de esos felinos; el último ataque de un tigre a un humano del que se tiene registro en la zona se remonta a los años 20.

Incluso hay quien especula con una desaparición voluntaria y alega que Thompson fue avistado meses después en la isla de Tahiti.

Tras hacerse eco de estas y otras elucubraciones, algunas de ellas algo peregrinas, el autor del informe concluye que "lo probable pero no seguro" es que Thompson, que cuando desapareció tenía 61 años, sufriera un accidente o algún problema de salud.

Y que sus restos permanezcan cerca de donde se perdió su rastro.

En declaraciones a Efe, Toulmin subraya que Thompson padecía un mal funcionamiento de la vesícula biliar que le obligaba a administrarse una medicación que, cuando se internó en solitario en la jungla, olvidó en el alojamiento que le servía de refugio.

"Lo probable es que tuviese un ataque de vesícula y muriese al no poder pedir auxilio. La maleza no tardaría en cubrir el cuerpo", dice el investigador, que piensa que "cometió todos los errores que alguien como él puede cometer cuando se adentra en la jungla".

"Se fue solo, sin la medicación que necesitaba y sin decir a nadie hacia donde encaminaba sus pasos", explica.

"El rastreo solo duró diez días y, aunque participaron más de 300 personas, no estaban preparadas convenientemente y entre ellas no hubo ningún tipo de coordinación", agrega Toulmin, que se muestra partidario de emprender una nueva operación de búsqueda.

A Toulmin, que ha dedicado a la consultoría la mayor parte de su vida profesional, no le sorprende que pese al tiempo transcurrido la desaparición de Jim Thompson -que antes de la última investigación había sido tratada en cuatro libros- ejerza tanta fascinación.

"Es por la persona que era, especial, diferente. Fue espía, empresario, vividor, orientalista, famoso, rico", recuerda.

Y apostilla: "además, los misterios siempre despiertan curiosidad, la necesidad de saber el por qué de las cosas".

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