DE 15 AÑOS

La joven camerunesa que saltó la valla de Melilla entra en un centro de menores

La joven camerunesa que hoy se ha convertido en la primera mujer que consigue saltar la valla entre Melilla y Marruecos ha abandonado el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) para ingresar en uno de menores.

La joven, de unos 15 años, ha sido trasladada al centro de La Purísima, uno de los que alberga a los menores extranjeros no acompañados que acceden a Melilla.

El CETI es un centro de adultos, en el que también residen menores, pero siempre en compañía de sus padres.

La joven, que ha vivido en los últimos meses en los campamentos en territorio marroquí donde los subsaharianos esperan su oportunidad de dar el salto, había llegado a primera hora de la mañana al CETI, junto a otros 200 compañeros, muchos de ellos compatriotas suyos.

Había pasado casi desapercibida debido a que su apariencia, con el pelo muy corto, y su vestimenta, con chaqueta de camuflaje, apenas la distinguía del resto de inmigrantes.

Con las ropas rasgadas y una herida en la pierna, la joven subsahariana se apoyaba en algunos de sus compañeros para caminar.

Su rostro reflejaba una tímida alegría contenida, que contrastaba con la de otros muchos, que no dudaban en expresar su júbilo con distintos cánticos, entre los que se distinguían varias palabras: "España", "Madrid" y "Barcelona".

Las dos grandes ciudades españolas son dos de los lugares a los que quieren ir la mayoría de los inmigrantes, para los que Melilla es únicamente su puerta de entrada, pero no su destino final.

Además de esta joven, entre los más de 200 inmigrantes que han logrado cruzar la valla, había al menos otros cuatro menores más, que ya han sido identificados por la Policía.

Los agentes de extranjería se han trasladado hoy al propio CETI para registrar a los subsaharianos y abrirles el expediente de expulsión que recoge la ley, que en muchos casos nunca llega a ejecutarse.

Superar el triple obstáculo de la valla de Melilla no es una tarea sencilla debido a que se eleva a seis metros de altura y cuenta con una serie de elementos colocados tras las avalanchas de 2005 que complican el salto.

Por eso, hasta hoy, solamente hombres, en su mayoría jóvenes y fuertes, habían conseguido superar este obstáculo.

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