El yerno del rey solicitó que se mantenga la prohibición para difundir sus correos electrónicos personales

Urdangarin se encuentra con su exsocio Torres ante el juez

El duque de Palma, Iñaki Urdangarin, solicitó ayer al Juzgado de Primera Instancia 46 de Barcelona que mantenga la prohibición de la difusión de sus correos electrónicos personales para proteger su intimidad durante una vista junto a su exsocio y demandado Diego Torres, explicaron fuentes judiciales.
El duque demandó a su exsocio al acusarle de difundir correos privados y a ocho grupos de comunicación para causarle un perjuicio porque, según asegura, hubiera sido imposible su difusión 'sin la intervención del Señor Torres'.

Al terminar la vista, su abogado, Mario Pascual Vives, explicó a los medios de comunicación que pidió 'mantener las medidas cautelares', aunque descartó revelar el contenido de la sesión de este martes al tratarse de un asunto de intimidad, según sus palabras. Según Pascual Vives, la vista 'ha sido larga e intensa' y al ser preguntado sobre el contenido de la declaración no quiso desvelar las interioridades del proceso.

En la vista estuvieron juntos Urdangarin y su exsocio en el Instituto Nóos que comparecían en calidad de demandante y demandado, y el duque salió una hora antes de concluir, una vez finalizada su declaración.

Urdangarin llegó poco antes de las 9 horas, esquivando las protestas convocadas por los funcionarios de Justicia, y abandonó los juzgados a las 11.13 horas, en medio de gritos e insultos de los concentrados en la puerta de los juzgados. A su salida, decenas de personas concentradas a las puertas de la Ciudad de la Justicia le abuchearon y le gritaron: 'Chorizo' y 'hijo de puta', mientras ondeaban banderas republicanas.

Ahora la juez que lleva esta demanda por presunta vulneración del derecho al honor al desvelarse los correos electrónicos del duque con contenido personal, en el que están también demandados ocho medios por difundirlos, tiene una semana para decidir si mantiene la prohibición o la levanta.

Urdangarin y Torres -que llegaron con 20 minutos de diferencia y se fueron también a horas diferentes- no quisieron hacer ninguna declaración ni al entrar ni al salir, y el abogado de Torres, Manuel González Peeters, se limitó a decir que la comparecencia 'ha ido bien'.

Sin embargo, los dos exsocios se encontraron cara a cara por primera vez en un juzgado, ya que de hecho en las anteriores comparecencias por el 'caso Nóos' en Palma acudieron en días diferentes. De lo ocurrido dentro de la sala trascendió poca información porque las partes personadas rechazaron hacer declaraciones, y porque la juez aceptó la petición de Urdangarin de que fuera a puerta cerrada.

Durante la declaración, un centenar de funcionarios de Justicia protagonizaron una sonora pitada contra los recortes aprovechando la repercusión mediática de Urdangarin y se acercaron a la planta donde estaba la sala de la vista.

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