El Colegio de Enfermería alerta del aumento de los pinchazos entre el personal sanitario, que se calculan en más de 1.600 en Galicia, de los que 244 son graves y 1.400 leves, con los consiguientes riesgos de contagio sanguíneo, explicó hoy el presidente del Consejo general de Enfermería, Máximo González.
Los datos se presentaron en el marco de las Jornadas La seguridad frente al contagio sanguíneo en el ámbito sanitario, organizadas por el Colegio de Enfermería, donde una enfermera y un enfermero explicaron su experiencia personal tras pincharse con jeringuillas utilizadas en personas con VIH y hepatitis.
En este sentido, el presidente del Colegio solicitó la urgente implantación de material de seguridad activo y pasivo que, aseguraron los dos afectados, disminuiría el número de pinchazos, tal y como quedó demostrado en Madrid, donde estos materiales ya de obligado uso, lograron reducir un 85% los pinchazos.
Según explicó el presidente del Consejo, el argumento económico utilizado en algunos casos por las administraciones sanitarias no es válido porque aunque estos materiales son más caros, quedó demostrado en numerosos informes que se reduce el gasto considerablemente, porque hay que pensar en el número de bajas laborales y tratamientos que perciben las personas contagiadas.
De hecho, indicó, anualmente estos contagios le cuestan al erario público más de 42 millones de euros, mientras que la inversión calculada en la implantación de estos sistemas de bioseguridad es de once millones en todo el Estado y de 850.000 en Galicia.
En este sentido, Ana Salegui, enfermera de emergencias que se pinchó con una aguja de un paciente infectado con VIH, hepatitis y otras enfermedades de contagio sanguíneo, pidió que se apueste por sistemas de seguridad pasiva porque un pinchazo como el que yo recibí cambia la vida, es tu muerte social por un tiempo.
Recordó la pesadilla que se vive, sobre todo en este margen en que tardan los resultados de confirmación o no de contagio, por eso recalcó la necesidad de cambiar la normativa en este sentido.
Todavía hay mucho miedo, relató, un aspecto destacado también por su compañero David Vázquez, que lleva un año esperando el resultado definitivo de las pruebas de VIH, tras pincharse el pasado año Torrevieja.
En este marco, la conselleira de Sanidad, María José Rubio, anunció durante la inauguración de las jornadas que, en el plazo de dos años, todos los hospitales y centros de salud gallegos tendrán a su disposición nuevo material de bioseguridad.
Destacó, en este sentido, que desde la Consellería de Sanidad y el Servicio Gallego de Salud se trabaja en una orden que regule la implantación de los procedimientos de seguridad, así como un sistema de vigilancia frente a accidentes con riesgo biológico en el ámbito de las instituciones de los centros de salud.
En su intervención, subrayó la importancia del personal de enfermería en el sistema sanitario público gallego, y señaló, en esta línea, que el Plan de Mejora de Atención Primaria prevé la creación de más de 650 plazas de enfermería entre 2007 y 2011, de las que 230 están ya incluidas en la Ley de Presupuestos de este año, recalcó.
En este sentido, el presidente del Colegio solicitó la urgente implantación de material de seguridad activo y pasivo que, aseguraron los dos afectados, disminuiría el número de pinchazos, tal y como quedó demostrado en Madrid, donde estos materiales ya de obligado uso, lograron reducir un 85% los pinchazos.
Según explicó el presidente del Consejo, el argumento económico utilizado en algunos casos por las administraciones sanitarias no es válido porque aunque estos materiales son más caros, quedó demostrado en numerosos informes que se reduce el gasto considerablemente, porque hay que pensar en el número de bajas laborales y tratamientos que perciben las personas contagiadas.
De hecho, indicó, anualmente estos contagios le cuestan al erario público más de 42 millones de euros, mientras que la inversión calculada en la implantación de estos sistemas de bioseguridad es de once millones en todo el Estado y de 850.000 en Galicia.
En este sentido, Ana Salegui, enfermera de emergencias que se pinchó con una aguja de un paciente infectado con VIH, hepatitis y otras enfermedades de contagio sanguíneo, pidió que se apueste por sistemas de seguridad pasiva porque un pinchazo como el que yo recibí cambia la vida, es tu muerte social por un tiempo.
Recordó la pesadilla que se vive, sobre todo en este margen en que tardan los resultados de confirmación o no de contagio, por eso recalcó la necesidad de cambiar la normativa en este sentido.
Todavía hay mucho miedo, relató, un aspecto destacado también por su compañero David Vázquez, que lleva un año esperando el resultado definitivo de las pruebas de VIH, tras pincharse el pasado año Torrevieja.
En este marco, la conselleira de Sanidad, María José Rubio, anunció durante la inauguración de las jornadas que, en el plazo de dos años, todos los hospitales y centros de salud gallegos tendrán a su disposición nuevo material de bioseguridad.
Destacó, en este sentido, que desde la Consellería de Sanidad y el Servicio Gallego de Salud se trabaja en una orden que regule la implantación de los procedimientos de seguridad, así como un sistema de vigilancia frente a accidentes con riesgo biológico en el ámbito de las instituciones de los centros de salud.
En su intervención, subrayó la importancia del personal de enfermería en el sistema sanitario público gallego, y señaló, en esta línea, que el Plan de Mejora de Atención Primaria prevé la creación de más de 650 plazas de enfermería entre 2007 y 2011, de las que 230 están ya incluidas en la Ley de Presupuestos de este año, recalcó.
