Cuatro encapuchados armados de nacionalidad colombiana fueron detenidos ayer por la Policía Nacional y Local, en una operación conjunta, después de entrar en un domicilio de Sanjurjo Badía del que intentaron huir por las ventanas, dos de ellos por las de atrás a doce metros de altura y otro por la fachada, a cuatro metros.
A uno de los arrestados, que saltó a la calle desde el primero, le incautaron una mochila con 250 gramos de cocaína y dinero. Los integrantes del grupo llevaban una pistola de fogueo, otra eléctrica y una de aire comprimido así como varias armas blancas y móviles. Dos de los asaltantes resultaron heridos, uno muy grave, tras saltar por una ventana trasera que se encontraba a 12 doce metros de altura. El cuarto fue localizado en el piso, donde también se encontró una caja fuerte con unos 30.000 euros que la víctima reconoció como suyos. Fuentes consultadas también apuntaban que en el piso había algunas cantidades de droga cuya procedencia está siendo investigada. Al parecer, los asaltantes sabían lo que iban a encontrar en la casa.
La voz de alarma saltó pocos minutos antes del mediodía. Los vecinos del inmueble escucharon los gritos procedentes del primer piso y llamaron inmediatamente a la Policía, que en pocos minutos acordonó la zona. Lo único que se sabía es que cuatro encapuchados armados habían entrado en la vivienda y que retenían a su ocupante, por lo que en un primer momento se pensó que podría ser un secuestro exprés. La operación se complicó un poco más ante la concentración de curiosos en las inmediaciones ya que los testigos aseguraban que además de encapuchados iban armados.
Poco después de llegar la Policía, uno de los asaltantes saltaba inesperadamente por una de las ventanas de la fachada principal. Los agentes iniciaron una rápida persecución mientras que el fugitivo empujaba a varias personas. Al final era detenido. El hombre llevaba una mochila con la droga, y una de las pistolas simuladas. Otros dos asaltantes intentan la huida por la ventana de atrás, que se encontraba a unos doce metros de altura. Uno de ellos se agarró al tendal para amortiguar la caída, sufriendo algunas lesiones.
El segundo corría peor suerte y se estrellaba contra el suelo, siendo arrastrado por su compañero algunos metros hasta un callejón donde lo abandona para escapar por unos huertos. Ambos fueron detenidos.
La voz de alarma saltó pocos minutos antes del mediodía. Los vecinos del inmueble escucharon los gritos procedentes del primer piso y llamaron inmediatamente a la Policía, que en pocos minutos acordonó la zona. Lo único que se sabía es que cuatro encapuchados armados habían entrado en la vivienda y que retenían a su ocupante, por lo que en un primer momento se pensó que podría ser un secuestro exprés. La operación se complicó un poco más ante la concentración de curiosos en las inmediaciones ya que los testigos aseguraban que además de encapuchados iban armados.
Poco después de llegar la Policía, uno de los asaltantes saltaba inesperadamente por una de las ventanas de la fachada principal. Los agentes iniciaron una rápida persecución mientras que el fugitivo empujaba a varias personas. Al final era detenido. El hombre llevaba una mochila con la droga, y una de las pistolas simuladas. Otros dos asaltantes intentan la huida por la ventana de atrás, que se encontraba a unos doce metros de altura. Uno de ellos se agarró al tendal para amortiguar la caída, sufriendo algunas lesiones.
El segundo corría peor suerte y se estrellaba contra el suelo, siendo arrastrado por su compañero algunos metros hasta un callejón donde lo abandona para escapar por unos huertos. Ambos fueron detenidos.
