Un equipo de 24 inspectores, 150 vigilantes y 32 guardas fluviales se encargan de velar por la integridad de los ríos

Vigilancia sin interrupciones. Los ríos gallegos se someten a un control semejante al de los concursantes de cualquier reality show. En lugar de cámaras hay sensores que permiten detectar vertidos y conocer información valiosa sobre el caudal y las condiciones hidrológicas de las cuencas. La Xunta y la Confederación Hidrográfica del Norte amplían la red de medidores y aumentan los controles ocasionales de inspectores a pie de río.

El río Lagares fue el primero en someterse a la vigilancia permanente. Lo que comenzó como una iniciativa experimental se ha confirmado como un sistema de control fiable. Los cinco medidores instalados ofrecen información en tiempo real y permiten detectar en tres segundos los vertidos realizados en su cauce.

El sistema funciona y la Consellería de Medio Ambiente ha decidido trasladar este sistema de control a las aguas fluviales de la demarcación Galicia-Costa, sobre las que tiene competencia. La comunidad gallega sigue el camino iniciado por otras comunidades autónomas y cumple con la directiva europea que obliga a los Estados miembros a dotarse de una red de inspección de aguas fluviales y marinas.

Tras un diagnóstico que cifraba en 4.590 los vertidos durante el año pasado, un equipo de técnicos de la comenzó a trabajar en el diseño de esta red de medidores automáticos que ofrezca datos en tiempo real y permita verificar, localizar e identificar los focos contaminantes.

En los últimos meses la unidad de control de vertidos aumentó las inspecciones a las empresas con antecedentes y revisó las autorizaciones otorgadas para elaborar informes que remite puntualmente a la fiscalía de medio ambiente. El trabajo de los 24 inspectores de la unidad de control lo completan 150 vigilantes medioambientales de conservación de la naturaleza (red de alerta) y 32 guardas fluviales de Augas de Galicia (red de inspección).

Los datos ofrecidos por las estaciones y la información obtenida tras el análisis de las muestras en el laboratorio sirven para elaborar unos índices de calidad que se remiten a la Unión Europea, cumpliendo con la Directiva Marco del Agua. Son registros que se publican, además, en el SIAM (Sistema de Información Ambiental), con el que el gobier no gallego materializa su apuesta por la transparencia informativa.

’O plan de saneamento integral do Umia, que lle permite ós cidadáns galegos facer un seguemento en tempo real, é un primeiro paso importante, explica Emilio Fernández, director xeral de Desenvolvemento Sostible. Temos un reto crucial para este curso 2007-2008, que é a intensificación da inspección dos vertidos incontrolados. Sabemos, por exemplo, que existen máis de cen puntos contaminantes no Umia, que é un río sometido a unha presión moi importante. Hai que eliminar esa sensación xeralizada de impunidade porque un dos maiores indicadores de sostibilidade dun país é a calidade das augas e nós estamos lonxe dos valores óptimos’.

Ríos controlados por una empresa privada

La inspección de los ríos, la identificación de los vertidos ilegales, la tramitación de autorizaciones serán en el futuro tareas realizadas por una empresa privada en la que la Xunta también delegará la capacidad para pro mover y resolver expedientes de sanción. Medio Ambiente, que se reserva como facultad exclusiva la última firma del informe, calcula que en los próximos dos años se tramitarán unos 400 expedientes de sanción por vertidos irregulares en los cauces de la cuenca Galicia-Costa.

El gobierno autonómico, que va adjudicar este trabajo por concurso público hasta el año 2’, también prevé la revisión de 150 concesiones a particulares para realizar vertidos y otros 150 informes para la concesión de permisos en tanto que sujetos con taminadores.

La delegación de estas tareas, que cuentan con un presupuesto de 1.175.000 euros, no significa que la empresa adjudicataria vaya a asumir la autoridad; tendrá facultad para proponer multas y la resolución de expedientes, tomar muestras de agua y analizarlas, revisar las autorizaciones de vertidos, denegar permisos y verificar que los existentes se adecuan a la medida, abrir diligencias tras la presentación de una denuncia y apoyar a los servicios de inspección de Augas de Galicia.

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