El Concello, que ayer inauguró el Rinoseto, instalará entre 10 y 15 esculturas vegetales por la ciudad
Vigo va camino de convertirse en un auténtico Jurassic Park. A Dinoseto, la popular escultura vegetal que luce en la Puerta del Sol, le acompaña desde ayer Rinoseto, un triceratops plantado en uno de los parques de Navia y en los próximos meses habrá más. "Vamos a hacer una ruta de dinosaurios, hasta 10 o 15 como mínimo", anunció el alcalde, que avanzó que se ubicarán en zonas como el Calvario, Lavadores, en Beade-Valladares y en el entorno del conservatorio de música de Florida, entre otros lugares. "Dinoseto mandó un mensaje a todos diciendo que aquí se vivía muy bien", bromeó Abel Caballero, al tiempo que recordó que en los próximos días pondrá huevos y tendrá descendencia.
El nuevo Rinoseto, que así se llama por su parecido a un rinoceronte, llega de la Selva Negra y el verde que luce procede de un 'ligustrum jonandrum', un arbusto sobre el que se montó esta figura que fue colocada el viernes por la noche y que ayer recibió a numerosos visitantes, especialmente niños. Algunos no dudaron en entrar en el terreno -todavía sin hierba- pese a la cinta que ha sido colocada alrededor para evitar que se estropee como ocurrió con Dinoseto. Los más pequeños siguieron los pasos del alcalde, que entró en el recinto junto con la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, y los concejales David Regades y Uxía Blanco, que pidieron que lo cuidaran.
Rinoseto ha sido colocado junto al complejo deportivo de Navia, donde se está transformando la zona para crear un parque temático de energía solar, eólica y del agua. El alcalde también avanzó que se va a construir otro parque infantil en el barrio, concretamente en la zona intermedia, dado el crecimiento que está experimentando con cada vez mayor población infantil y juvenil. Navia también será la beneficiara de la tan solicitada pista de skate que anunció el alcalde en reiteradas ocasiones sin especificar la zona. Caballero dijo ayer que se construirá allí y que será de grandes dimensiones, algo que cogió por sorpresa y agrado a los vecinos. "Hay muchos aficionados al monopatín y el Marisquiño no se puede ir de la ciudad", decía una joven.
