El fiscal atribuye homicidio imprudente al chófer y la cuidadora, que dicen no vieron al pequeño

Juzgan la muerte de un niño atropellado por el bus escolar

El juicio por el atropello que le costó la vida al escolar de ocho años, Santiago, a las puertas del colegio de Cercio, en Lalín (Pontevedra), comenzó ayer en vísperas de que este 3 de diciembre se cumplan tres años del accidente, ocurrido en 2007. Así, se sentaron en el banquillo de acusados del Juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra el conductor del autocar, José Luis G. y la cuidadora, María Pilar C., que estaba a cargo de los alumnos de ese autobús. Ambos están acusados de un presunto delito de homicidio involuntario por imprudencia grave.
'Es un misterio cómo pudo ocurrir', se repetía ayer el conductor, quien explicó que al notar como la rueda trasera del lado izquierdo del autobús pisaba algo, pensó que era 'una bolsa de basura'. Luego, al avanzar unos metros, miró por el retrovisor y vio el cuerpo del niño sobre la calzada.

El conductor recordó que aquella mañana hizo como siempre. Paró delante del colegio, los niños bajaron y cruzaron la carretera por delante del autobús para entrar en el centro. Es una actuación que, asegura el conductor, 'no hay otra manera de hacerlo', porque es un autobús muy grande para una carretera tan estrecha que no le permite cambiar de sentido para dejar a los niños puerta con puerta.

La cuidadora aseguró que acompañó a todos los niños hasta el portalón que accede al recinto escolar, y cuando todos estaban dentro, volvió a subir al autobús, se sentó, arrancaron y fue entonces cuando se produjo el atropello.

Una versión que barajó la Guardia Civil sobre lo que pudo haber ocurrido es que a Santiago se le cayó de la mochila un yogur que llevaba para el recreo y se fue tras él. Habría sido al bajarse para intentar cogerlo cuando coincidió que la cuidadora entraba en el autobús, y el conductor echaba el último vistazo al exterior para asegurarse de que no había nadie. El fiscal atribuye un homicidio imprudente por el que además de prisión pide que ambos acusados paguen a los padres de Santiago una indemnización de 100.000 euros.

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