“Los herederos de la tierra”: una serie oscura que viaja a la crueldad

La adaptación de la obra de Ildefonso Falcones se enmarca en la Barcelona del siglo XIV

Cuatro años después del salto de “La catedral del mar” a la pequeña pantalla, Netflix acaba de estrenar su continuación, “Los herederos de la tierra”, una serie oscura y tétrica que retrata la época en la que la justicia se hacía cortando cabezas, llena de supervivientes como Hugo Llor, interpretado por los actores Yon González y David Solans.

“Es un superviviente que va resolviendo todas las circunstancias bizarras que la vida le pone por delante e intenta afrontarlas de la manera más ética y moral, dentro de las posibilidades que le da la sociedad en su momento”, cuenta Yon González en una entrevista.

“Los herederos de la tierra”, adaptación de la novela de Ildefonso Falcones, se enmarca en la Barcelona de finales del siglo XIV y narra la historia de Llor, hijo de un marinero fallecido que trabaja en las atarazanas gracias a la generosidad de uno de los prohombres más respetados de la ciudad: Arnau Estanyol.

Su sueño de convertirse en constructor de barcos se verá truncado cuando la familia Puig, enemiga acérrima de su mentor, aprovecha su posición ante el nuevo rey para ejecutar una venganza que llevaban años planeando. A partir de aquí, tendrá que enfrentar todo tipo de calamidades propias de una época oscura y cruel en la que la justicia era relativa y se otorgaba a base de decapitaciones y ahorcamientos. Una época llena de violencia que se refleja sin tapujos en la ficción producida por Diagonal.

“Es el reflejo de una época y no tratarlo en profundidad y no reflejar lo que realmente era sería una hipocresía, sobre todo si quieres ser lo más realista posible”, cuenta el actor Rodolfo Sancho, que interpreta a Bernat Estanyol, hijo de Arnau Estanyol, “un animal salvaje al que el pasado turbio que ha tenido lo ha convertido en una persona violenta, agresiva, con ansias de poder”, explica.

Sancho ha vuelto a hacer una serie de época unos años después de meterse en la piel de Fernando el Católico en “Isabel”. “Es algo que me divierte mucho. Llevar espada, caballo… Al ser personajes tan lejanos te permiten jugar con ellos. Tenemos una idea de cómo sería el mundo en otras épocas, pero ninguno lo hemos visto realmente. Esto te permite tener menos prejuicios a la hora de crear un personaje y poder lanzarte a la piscina con cosas que nadie te va a juzgar porque al final nadie estuvo allí”, cuenta el actor.

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