Las jornadas internacionales de paisaje que se desarrollaron en Verín este fin de semana finalizaron con "gran éxito de participación e interesantes conclusións sobre a percepción da paisaxe na Vía da Prata nunha contorna singular como a de Monterrei e Verín", apuntan desde la organización.
El seminario, impulsado por la Escola Galega da Paisaxe de la Fundación Juana de Vega, forma parte del programa O Teu Xacobeo de la Xunta de Galicia y tiene por objetivo ahondar en los valores del paisaje en el Camino de Santiago en su variante Vía da Prata.
Los asistentes, procedentes de diferentes localidades y profesiones, tuvieron la oportunidad de compartir conocimientos, experiencias y descubrir las singularidades del patrimonio cultural, natural y social. Así, este evento constituyó un campo de estudio en el que se analizó el cambio de percepciones del paisaje en base a conocimientos innatos y adquiridos, además de permitir identificar aspectos a mejorar, proponiendo ideas para cinco escenarios diferentes en composición, esencia y contexto.
En la cita se estudió el Castillo de Monterrei, el modelo de paisaje natural del río Támega y su entorno, el núcleo de Verín, el Cañón de Armada como punto de paisaje panorámico, y también espacios vitivinícolas. En estas visitas los participantes estuvieron acompañados de Eshter Valdés, doctora en arquitectura de paisaje; Pedro Calaza, director de la Escola Galega da Paisaxe, y Paulo Farinha, profesor de la Universidad de Porto, entre otros relatores.
Entre las propuestas lanzadas en las conclusiones figuran la creación de un parque natural internacional en el río Támega, para lo que se propone también la mejora de las señales, la eliminación de elementos urbanos o la recuperación de zonas húmedas. También se propuso regular espacios exteriores de la fortaleza de Monterrei, así como la recuperación de la plaza en la zona urbana de Verín y diversas acciones de humanización. Para el Cañón da Armada se indicó la necesidad de ordenar los usos del suelo para mejorar la biodiversidad y evitar la monotonía del paisaje, así como potenciar los usos turísticos y la promoción de experiencias singulares de las zonas vinícolas.
