Jatamí, Rafsanyani y numerosos diputados boicotearon la investidura y cientos de personas se manifestaron frente al Parlamento

Ahmadineyad asume su segundo mandato invocando a la 'paz' frente a la 'agresión y la arbitrariedad'

 Mahmud Ahmadineyad .
Casi dos meses después de las controvertidas elecciones presidenciales del 12 de junio, que todos los candidatos de la oposición han calificado de fraudulentas, Mahmud Ahmadineyad fue investido hoy presidente de Irán en una ceremonia que fue boicoteada por los ex mandatarios Mohamed Jatamí y Akbar Hashemi Rafsanyani y por la mayoría de los 70 diputados reformistas. Tras jurar su segundo mandato presidencial, Ahmadineyad manifestó que Irán desea la 'paz y la seguridad' para 'toda la humanidad' frente a 'la injusticia, la agresión y la arbitrariedad de ciertos países'.
La ceremonia se efectuó a primera hora en el Parlamento, mientras cientos de simpatizantes de la oposición se manifestaban en las inmediaciones del edificio en contra del mandatario y en favor del principal candidato opositor, Mir Hosein Musavi. No se produjeron enfrentamientos, pero la Policía llevó a cabo al menos diez detenciones.

'Yo, como presidente de la República Islámica de Irán, juro ante el sagrado Corán, la nación iraní y Dios que seré el guardián de la religión oficial, la República Islámica y la Constitución', afirmó Ahmadineyad, de 53 años, durante la ceremonia. El mandatario tiene ahora dos semanas por delante para proponer ante los parlamentarios los nombres de los ministros que formarán su nuevo gobierno, según informó la cadena estatal Press TV.

'Deseamos la paz y la seguridad internacional, pero dado que las queremos para toda la humanidad, nos oponemos a la injusticia, a la agresión y a la arbitrariedad de ciertos países', aseveró durante su discurso de investidura. Irán quiere la coexistencia pacífica con todo el mundo, pero resistirá frente las 'amenazas' de cualquier potencia, prosiguió.

'Los enemigos han tratado de cuestionar la validez de las elecciones', denunció Ahmadineyad, quien recordó en su discurso a los dirigentes de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia y Alemania, que ayer anunciaron su intención de no felicitar a Ahmadineyad por su reelección. 'Hemos oído que algunos dirigentes occidentales han decidido reconocer pero no felicitar al nuevo gobierno', afirmó ante el Parlamento. 'Pues bien, nadie en Irán está esperando vuestros mensajes', manifestó.

Según varios testigos presenciales, durante la ceremonia cientos de simpatizantes de Musavi se manifestaron en los alrededores del Parlamento, pero no se produjeron enfrentamientos entre los concentrados, por una parte, y la Policía antidisturbios y los paramilitares islámicos Basij, por otra. La Policía detuvo al menos a diez manifestantes y desactivó los teléfonos móviles, según las mismas fuentes.

La ceremonia de investidura fue boicoteada por los ex presidentes Jatamí y Rafsanyani, quienes han expresado inequívocamente su apoyo a Musavi. Aparte, según la agencia estatal de noticias IRNA, la mayoría de los 70 parlamentarios reformistas se negaron a asistir al acto. Tanto Musavi como el clérigo reformista --y también candidato presidencial-- Mehdi Karubi han declarado que el próximo gobierno será ilegítimo.

Con ello, los dirigentes opositores han desafiado claramente al verdadero 'jefe del Estado' iraní, el líder supremo ayatolá Alí Jamenei, quien ha apoyado reiteradamente a Ahmadineyad, a quien ha calificado de 'valiente, gran trabajador y prudente'.

La investidura supone un nuevo capítulo en el conflicto político que vive Irán desde las elecciones presidenciales. Desde que se anunciaron los resultados, que dieron una clara victoria a Ahmadineyad, el país se llenó de movilizaciones organizadas por sectores reformistas que denunciaban que los comicios habían sido fraudulentos.

Durante los incidentes fueron detenidas cientos de personas y se registraron al menos 20 muertos. El régimen islámico ha acusado a las potencias occidentales, en especial a Estados Unidos y Reino Unido, de haber fomentado los disturbios, que para las propias autoridades han sido los más graves registrados en el país desde la revolución de 1979.

Aparte, las autoridades iraníes detuvieron anoche en su lugar de trabajo en Teherán a un miembro del equipo de la campaña de Mir Hosein Musavi, según informó hoy la página web iraní Tabnak. Mir Hamid Hassanzadeh fue arrestado en las oficinas de la agencia de noticias ISNA, donde trabaja como asesor, en relación con la labor que desarrollaba en Qalamnews, la página web oficial de Musavi, que dirigió durante la campaña electoral. Hassanzadeh estuvo al frente del comité de anuncios y relaciones públicas del equipo de Musavi de cara a los comicios del 12 de junio.

El pasado sábado comenzó en Teherán el 'macrojuicio' contra un centenar de reformistas acusados de incitar a la sublevación. La próxima sesión de este proceso, que tanto Jatamí como Musavi han calificado de 'espectáculo', se celebrará mañana.

En un comunicado, Amnistía Internacional advirtió hoy de que los juicios políticos en Irán se caracterizan por la 'incapacidad para aplicar las normas internacionales sobres juicios justos' y denunció que los procesados han permanecido varias semanas en régimen de incomunicación y 'muchos de ellos' han sido torturados y sometidos a malos tratos.

Entre los acusados figuran un ex vicepresidente con Jatamí, Mohamed Alí Abtahi; un asesor del candidato Mehdi Karubi en la reciente campaña electoral; un periodista, ex viceprimer ministro y miembro del Partido de la Construcción, Mohamed Atrianfar; un conocido abogado de Derechos Humanos, varios altos responsables durante la Presidencia de Jatamí y un periodista iraní-canadiense del semanario 'Newsweek', Maziar Bahari.

Según la agencia de noticias IRNA, los procesados se enfrentan a los cargos de amotinamiento, ataques al Ejército y a edificios oficiales, vínculos con grupos armados de oposición y 'conspiración contra el sistema vigente'. En caso de ser declarados culpables podrían ser condenados a penas de hasta cinco años de cárcel, salvo que se les incluya el delito de 'mohareb' ('enemigo de Dios'), en cuyo caso les esperaría la pena de muerte.

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