Cientos de personas huyeron de sus casas por la erupción del volcán Bulusan, al este de Filipinas, mientras la población que sigue en las aldeas afectadas aguarda a que se produzcan nuevas explosiones para abandonarlas.
El monte registró hasta 16 pequeñas explosiones en su interior desde que el lunes por la mañana expulsó una columna de ceniza y vapor de 3 kilómetros de altura que cubrió de polvo varias aldeas cercanas. 'Se hizo de noche de repente, estuvimos tres horas en una oscuridad absoluta, no veíamos ni a los coches de la carretera a dos metros de nosotros porque se formó una nube muy espesa de ceniza y arena y caían pequeñas piedras del cielo', relató Arnel Doloerias, concejal municipal de Irosin, uno de las localidades damnificadas.
El primer estallido, que duró 19 minutos, obligó a los residentes de la zona a refugiarse en sus casas antes de poder ser evacuados, ya que en las tres horas posteriores a la explosión era imposible circular por la densidad de la nube de polvo. Tanto esa primera explosión como otra de menor intensidad pudieron ser escuchados a 10 kilómetros de distancia del Bulusan, situado a 250 kilómetros al sureste de Manila en la provincia de Sorsogon. La erupción de ceniza afectó a unos 100.000 habitantes de poblaciones cercanas, según las autoridades.
El primer estallido, que duró 19 minutos, obligó a los residentes de la zona a refugiarse en sus casas antes de poder ser evacuados, ya que en las tres horas posteriores a la explosión era imposible circular por la densidad de la nube de polvo. Tanto esa primera explosión como otra de menor intensidad pudieron ser escuchados a 10 kilómetros de distancia del Bulusan, situado a 250 kilómetros al sureste de Manila en la provincia de Sorsogon. La erupción de ceniza afectó a unos 100.000 habitantes de poblaciones cercanas, según las autoridades.