Escepticismo en Oriente Medio ante la gira de Barack Obama

El viaje del presidente estadounidense, Barack Obama, esta semana a Israel, Palestina y Jordania despertó expectativas de que ayude a impulsar el diálogo de paz, paralizado desde 2010, aunque los analistas se muestran más escépticos que optimistas. La realidad política de la zona no ayuda a aumentar las esperanzas de que israelíes y palestinos retomen unas negociaciones directas que apenas duraron tres semanas y en cuya reanudación se ha fracasado desde entonces.
Por una parte, Israel recibirá a Obama con una coalición de gobierno tan reciente que juró ayer mismo sus cargos y liderada por el mismo Benjamín Netanyahu, que dedicó su primera legislatura a maquillar con declaraciones de buena voluntad su estrategia de ignorar el diálogo y ganar tiempo ante la comunidad internacional. A esto se suma que uno de sus principales socios de Gobierno, el partido ultranacionalista religioso Habait Hayehudí, se niega de plano a toda entrega relativa a los territorios ocupados en la Guerra de los seis días, de 1967, muy en particular a Cisjordania y Jerusalén Este.

Pero también hay motivos para el optimismo si se tiene en cuenta el nombramiento al frente del equipo negociador israelí de la nueva ministra de Justicia y antigua titular de Exteriores Tzipi Livni, una auténtica convencida de la necesidad de la paz.

Paralelamente, varios dirigentes y académicos palestinos expresaron su decepción al considerar que Obama no exigirá a Israel el cese de la construcción en los asentamientos judíos. 'Cualquiera puede percatarse de que las posturas y declaraciones de Obama sobre los asentamientos israelíes se han desvanecido', dijo Wassel Abu Yusef, dirigente de la OLP.

Te puede interesar