Un grupo de oposición cubano ha acusado hoy al Gobierno de detener a más de 150 personas y de desconectar los teléfonos de activistas durante la visita del papa, y ha exigido que informe del paradero del joven que gritó 'abajo el comunismo' antes de la misa de Benedicto XVI en Santiago el lunes.
La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) ha divulgado un comunicado en La Habana para denunciar que el número de disidentes detenidos durante la visita papal y los días previos supera ya los 150, y ha expresado su temor a que esa cifra aumente en las próximas horas.
'Inferimos que las detenciones continuarán aumentando entre hoy, martes, y mañana, miércoles, principalmente en La Habana y provincias aledañas, con motivo de la presencia de Benedicto XVI en la región occidental y de la misa que ofrecerá mañana en la principal y mayor plaza de Cuba', agrega la CCDHRN en un comunicado.
La comisión que lidera Elizardo Sánchez destaca que las medidas represivas del Gobierno en torno a la visita papal, que comenzó el lunes y concluye mañana, han incluido la desconexión de centenares de teléfonos fijos y móviles de disidentes, periodistas independientes, blogueros críticos o activistas, incluidos los de la CCDHRN.
También reseña que a unos 200 cubanos críticos con el Gobierno 'se les ha prohibido que asistan a las misas públicas del papa'.
En su nota, la CCDHRN exige al Gobierno que informe del paradero de la persona detenida el lunes en Santiago cuando, antes de iniciarse la misa del papa, burló el cordón de seguridad y corrió algunos metros en dirección al altar gritando 'abajo el comunismo'.
'Hasta el momento se desconoce el paradero de esa persona, quien se manifestó pacíficamente en forma verbal por lo cual fue agredido por individuos desconocidos vestidos de civil y otros elementos parapoliciales quienes le golpearon violentamente', según esta comisión de oposición.
La CCDHRN insiste hoy en que el Gobierno cubano, además, ha internado en centros a entre 200 y 300 'limosneros, pordioseros, deambulantes y otros desamparados' para que no se les vea en las calles durante la visita papal.
El Gobierno, que considera a los disidentes contrarrevolucionarios y mercenarios al servicio de Estados Unidos, ha advertido en vísperas de la llegada del papa que 'fracasarán' quienes pretendan 'obstaculizar esta visita apostólica con manipulaciones políticas'.
