Los niveles de radiación en Fukushima ascendieron a los 3.130 microsieverts, por encima de los 500 considerados normales

Japón y la Agencia de la Energía Atómica descartan otro Chernóbil

Personal médico realiza comprobaciones del nivel de radiación a varias personas en la localidad de Kawamata. (Foto: ASHAI SHIMBUN)
Japón no va a vivir un nuevo Chernóbil.
Lo aseguran el Gobierno nipón y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), que hace hincapié en que existen diferencias entre las estructuras y las instalaciones de la planta Fukushima y la ucraniana, que provocó un desastre nuclear en 1986. Aun así, Tokyo Electric Power Company (Tepco) afirmó que ayer las barras de combustible del reactor 2 de la central volvieron a quedar expuestas. Con ello, los niveles de radiación ascendieron hasta los 3.130 microsieverts por hora, cuando el máximo considerado como normal es 500, después de que se evaporase todo el líquido refrigerante inyectado en la piscina que alberga las barras, según informó la agencia Kiodo.

Las barras quedaron expuestas, sin refrigerante en la piscina, durante un periodo de 140 minutos, porque el motor que bombea el refrigerante se quedó sin combustible. No obstante, los responsables de la planta consiguieron rebajar la presión en el interior del reactor y reanudar el proceso de refrigeración.

Ésta es la segunda vez en las últimas horas en la que las barras quedan expuestas. En estos casos, el mayor peligro reside en que podría acelerarse la fusión del combustible nuclear y, en último término, provocar una explosión, con la consiguiente liberación de una nube de polvo radiactivo. Sin embargo, los operarios lograron evitar la catástrofe, inyectando suficiente agua de mar como para cubrir la mitad de las barras, colocadas en la piscina en vertical. Las barras miden aproximadamente cuatro metros de longitud.


NUEVOS PROBLEMAS

Tepco explicó además que uno de los conductos de ventilación del reactor se encuentra obstruido por razones que, por el momento, se desconocen. Por tanto, una de las prioridades reside en reparar este incidente. De lo contrario, se podría acelerar la fusión del núcleo del reactor.

Las autoridades no descartan la fusión total del núcleo de estos reactores, pero aseguran que la vasija de contención está preparada para impedir una liberación significativa de radiactividad. De hecho, la AIEA aseveró que, de momento, no hay ningún signo que apunte a que las barras de combustible del núcleo se estén fundiendo.

También el reactor número 3 se vio afectado ayer, anunció la cadena NHK. De hecho, se produjo una explosión de hidrógeno que hirió, al menos, a 11 trabajadores. Yukio Edano, jefe de gabinete, aseguró en una rueda de prensa que no hay daños en los contenedores del reactor y que el núcleo del mismo permanece 'intacto'. Por ello, descartó una eventual fuga masiva de radiación.

Yukiya Amano, jefe de la agencia, corroboraba horas antes las afirmaciones de Lyons. Japón no se va a convertir en un Chernóbil, o, al menos, es 'improbable' que el país asiático viva un desastre similar al que ocurrió en Ucrania en 1986. Cierto es que el complejo de Fukushima ha sufrido daños serios a causa del terremoto y el posterior tsunami del pasado viernes, pero el nipón afirmaba que existen varias diferencias entre ambas plantas, sobre todo en cuanto al diseño y la estructura de las instalaciones.

De cualquier manera, la Agencia de Seguridad Nuclear instó a los vecinos de Fukushima a no salir de casa. En concreto, las personas que viven a menos de 20 kilómetros de la central deben quedarse dentro de los edificios.

El Gobierno nipón solicitó a la AIEA que envíe expertos. Aunque aún está tratando los detalles con Tokio, Amano afirmó que se movilizarán los recursos de la Agencia para colaborar: 'Japón y todos los estados miembros pueden estar seguros de que todos los recursos a nuestra disposición están totalmente movilizados. Y así será hasta que se resuelva la crisis'.

Paralelamente, el Gobierno nipón elevó el balance de víctimas del brutal siniestro.

Te puede interesar