El presunto miembro de una célula islámica anuncia su confesión 'por aburrimiento'

Uno de los detenidos en la célula islamista.
Uno de los cuatro presuntos miembros de la célula islamista Sauerland, en el oeste de Alemania, anunció hoy una confesión completa 'por aburrimiento' en el proceso que se sigue contra el grupo por planear varios atentados simultáneos y con efectos devastadores con coche-bomba.
'Me da igual que me echen 20 ó 30 años. Quiero que se mueva algo, esto es un aburrimiento', dijo el germano-turco Adem Yilmaz, de 23 años, en la apertura de la vista hoy, en la audiencia de Düsseldorf.

El imputado, que comparte banquillo con dos alemanes conversos al Islam y otro germano-turco, pidió asimismo a la presidencia del tribunal permiso para discutir sobre la cuestión con sus compañeros, sin presencia de sus abogados.

La audiencia autorizó la reunión, lo mismo que la acusación, tras lo cual se interrumpió la sesión para posibilitar esas conversaciones.

La Audiencia espera que tal confesión arroje luz sobre los planes concretos de atentados, ya que hasta ahora las informaciones al respecto han procedido de las investigaciones del Departamento Federal de lo Criminal (BKA), que durante meses siguió los pasos de la célula hasta que la desmanteló, el 4 de septiembre de 2007.

La acusación imputa al cuarteto haber planeado cuatro atentados simultáneos, probablemente en el aniversario del 11 de septiembre.

Parte de los cargos se basan en escuchas telefónicas a los miembros del cuarteto, un total de 30 horas, de las que se deduce que planeaban tres atentados con coche-bomba y otro no especificado, con objetivos que incluían grandes ciudades alemanas, un aeropuerto e instalaciones militares.

Uno de los coche-bomba debía estrellarse contra la mayor base estadounidense en Europa, la de Ramstein (oeste del país), y además planeaban hacerlo el 11 de septiembre de 2007 para -según las conversaciones grabadas- que 'alucinen el doble'.

El grupo fue desarticulado ante la certeza de que se preparaban para actuar de forma inminente, puesto que habían recibido desde Pakistán, por correo electrónico, un ultimátum para pasar a la acción o regresar a ese país, donde habían sido entrenados.

El juicio contra los cuatro encausados -dos alemanes conversos al Islam, Fritz Gelowitz y Daniel Schneider, y los germano-turcos Yilmaz y Atila Selek, con edades entre los 23 y los 30 años- empezó a finales de abril en la Audiencia de Düsseldorf.

Al cuarteto se le imputa pertenencia al grupo cercano a Al Qaeda 'Unión para la Yihad Islámica' (IJU) y, según el BKA, estaban en 'estrecho contacto' con la cúpula de la organización.

Al ser desarticulado, el grupo tenía almacenado en una casa de vacaciones alquilada de Sauerland 730 kilos de material explosivo repartido en bidones y veintiséis detonadores.

Sus móviles, según la Fiscalía, eran el 'odio a Occidente' y se consideraban 'muyahidines' dispuestos a morir como mártires para extender la yihad contra los infieles.

En las cintas grabadas por el BKA se cruzan chistes macabros entre ellos, imaginando cómo iba a dar a conocer la noticia de los atentados el ministro del Interior, Wolfgang Schauble.

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