Los problemas económicos y las reformas, eje de la campaña electoral serbia

La maltrecha economía serbia y la necesidad de reformas profundas han sido el principal tema de debate electoral para los comicios anticipados del día 16 de marzo, sin que ninguno de los grandes partidos haya aclarado qué y cómo hay que cambiar las cosas para superar una crisis que dura ya dos décadas.

"Quien dice que el cáncer se cura con aspirina, no es sincero", ha diagnosticado Aleksandar Vucic, del Partido Progresista Serbio (SNS), de centro-derecha, y al que los sondeos señalan como rotundo ganador de las elecciones.

Vucic ha insistido durante la campaña en que la economía necesita reformas profundas y un Gobierno fuerte que las ponga en marcha, pero no ha sido capaz de explicar cómo pretende hacer esos cambios.

"La principal tarea para recuperar la economía serbia es crear un buen ambiente para las inversiones", ha sido uno de los argumentos del actual viceprimer ministro y líder del SNS.

Según el analista Milan Culibrik, los problemas de la economía serbia están bien claros, como la tasa de desempleo, actualmente del 24 por ciento y con previsiones de que seguirá creciendo.

"En los próximos siete u ocho meses, deberá ser solucionado el destino de las empresas en reestructuración en que trabajan casi 100.000 personas, de los que muchos quedarán, lamentablemente, sin trabajo", vaticinó a Efe respecto a las compañías públicas deficitarias en fase de liquidación o privatización.

Culibrik señaló la enorme deuda publica, que durante la crisis se ha más que duplicado hasta llegar al 63 por ciento del PIB, como otra de las patas del problema económico serbio.

Y, en relación a eso, un déficit presupuestario que este año llegará al 7 por ciento y una lenta recuperación económica, que no superará el 1 % en 2014.

"Serbia no ha alcanzado aún el nivel del PIB de antes de la crisis, ni lo hará a finales de este o comienzos del próximo año", advirtió el analista.

Mientras Vucic ha prometido reformas sin concretar, su principal rival y hasta ahora socio de Gobierno, el primer ministro socialista Ivica Dacic, ha advertido sobre el peligro de algunos cambios.

El Partido Socialista, segundo en las encuestas pero a gran distancia del SNS, está tratando de atraer el voto de quienes creen que perderán sus empleos con unas reformas que no ha dudado en denunciar como neoliberales.

Con todo, ni siquiera los socialistas han podido obviar la urgencia de aplicar reformas, y el propio Dacic ha dicho que aunque no esté de acuerdo en la forma de aplicarlas "ya nadie en Serbia duda de su necesidad".

Este discurso no es nuevo. Desde hace más de dos décadas, los políticos en Serbia prometen reformas que no han llegado y que han dejado al país estancado "a medio camino de una transición", según interpreta Culibrk.

"Posiblemente, la necesidad forzará al nuevo Gobierno a efectuar las reformas, porque el país ha tocado fondo. Otro parámetro que puede influir en ese sentido es el inicio de las negociaciones con la UE y, también, la intención de las nuevas autoridades de pactar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional", dijo.

Este experto advirtió de los intentos de reformas pueden chocar con una gran resistencia social, especialmente cuando toquen al sobredimensionado sector público, donde trabajan unas 800.000 personas en un país de 7,2 millones de habitantes.

De una forma u otra, lo cierto es que el sueldo medio mensual es de 330 euros y que 400.000 personas han perdido el trabajo desde que estalló la crisis financiera mundial en 2008.

Las inversiones extranjeras fueron en 2013 de apenas 750 millones de euros, aunque para el 2014 se prevé un leve mejora, con unos mil millones de euros, según datos el Banco Nacional de Serbia (NBS).

No está claro si el SNS podrá formar Gobierno en solitario o si pactará nuevas coaliciones, como la que formó con los socialistas que tuvo grandes éxitos en lo político, al acercar al país a la UE pero que apenas logró avances en lo económico.

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